El asesinato del defensor de derechos humanos propició una condena generalizada por parte de diversas instituciones y más de 100 organizaciones civiles, tales como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH)
El asesinato del activista y defensor de derechos humanos Sinar Corzo Esquinca, ocurrido el pasado jueves, propicio una condena generalizada por parte de diversas instituciones y más de 100 organizaciones civiles, tales como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).
A través de una publicación en su portal, el representante de la ONU-DH en México, Jan Jarab, calificó este suceso como un “terrible recordatorio” de los riesgos que enfrentan quienes defienden las garantías de los ciudadanos de este país.
“Compartimos la conmoción por el asesinato de Sinar Corzo y llamamos a las autoridades a realizar una investigación exhaustiva, que incluya la posible relación con su labor de defensa de los derechos humanos, y permita llevar a los responsables ante la justicia. La impunidad en la que permanecen la mayoría de los asesinatos, amenazas y agresiones en contra de quienes defienden los derechos humanos fomenta la repetición de estos terribles hechos”, escribió Jarab.
También se hizo un recordatorio sobre la detención arbitraria que sufrió Corzo y otro integrante del Comité Ciudadano de Defensa de los Derechos Humanos “El Coloso de Piedra”, por parte de la policía municipal en 2013.
Esto debido a una protesta vecinal que llevaban a cabo, entre otras razones, por las deficiencias en el acceso al agua potable. A raíz de estos hechos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emitió su recomendación 18/2015.
Por su parte, más de 100 organizaciones civiles, colectivos y grupos, entre ellos el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, señalaron en un comunicado que “Sinar Corzo recibió amenazas de muerte de parte de funcionarios tanto del gobierno del estado como del propio ayuntamiento de Arriaga, así como por grupos de personas civiles de diferentes lugares”.
Hasta el momento, las autoridades no han identificado al sujeto que acribilló al defensor a las afueras de su domicilio.
“La impunidad en la que permanecen la mayoría de los asesinatos, amenazas y agresiones en contra de quienes defienden los derechos humanos fomenta la repetición de estos terribles hechos”,
Jan Jarab, representante de la ONU-DH México