La gente que visita el Parque de la Marimba deja tirados envases, vasos, platos de plástico, la basura está afuera de los contenedores
Por las noches, el Parque de la Marimba es el centro de reunión de cientos de personas diariamente. En la plaza se enciende el ambiente con los ritmos y los sonidos de las orquestas. Mucho baile y mucha algarabía.
Los visitantes disfrutan comiendo los antojos que se venden en el mismo parque y en los negocios de alrededor. Elotes, esquites, palomitas, refrescos, algodones de azúcar, una gran variedad de productos son consumidos ahí.
Todo es alegría hasta que la música termina y la gente se va de ahí. El Parque ha quedado en silencio y vacío de gente, pero lleno de basura regada por toda la plancha. Objetos de plástico se pueden encontrar en la noche y al amanecer.
En las jardineras, debajo de las bancas, en todas partes la gente deja artículos de todo tipo. Es común que temprano se encuentren botellas vacías de licor en las jardineras, o pañales usados.
Los trabajadores del barrido manual que envía el Ayuntamiento inician su jornada a las seis y media de la mañana. Lo primero que hacen es recolectar el basurero que todas las noches queda sobre el parque.
Sucede un fenómeno. En el parque hay depósitos de basura con bolsas contenedoras, pero éstos se encuentran vacíos, la basura no está en su lugar.
En promedio, entre los dos empleados de barrido manual llegan a colectar entre cuatro y ocho tambos contenedores o bidones de los que llevan en el carrito con el que trabajan. Eso únicamente en el primer levantamiento de basura del día.
Los mismos trabajadores señalan que gente, particulares, quienes en la noche salen a dejar las bolsas con basura de sus casas en el parque.
Esto, además de la contaminación que provoca, también genera un mal aspecto a un sitio que es considerado uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad.
Los barrenderos opinan que no es suficiente con el trabajo que realizan. Una vez que llenan los dos tambos que llevan en el carrito, deben trasladar la basura al depósito que se encuentra a un costado del Parque Central y después regresar a continuar con su labor en el de la Marimba.
Uno de los trabajadores del barrido, quien nos dijo tener 25 años en esa labor, expresa, “me duelen los brazos de tantas barridas, la gente cree que es cosa sencilla, sí es sencillo pero también es cansado. Nos gustaría que la gente comprendiera”.
Cada barrendero que llega a las seis y media de la mañana todos los días al Parque de la Marimba, recoge en promedio dos tambos o bidones de los que transporta en un carrito. El plástico es lo que más deja tirado la gente