Por su parte, los reclusos llevan 125 en ayuno, por lo que presentan problemas de infección, salmonelosis, deshidratación, calambres, debilidad, dolores de estómago, entre otros
FOTOS: JACOB GARCÍA
Familiares de presos indígenas llevaron a cabo un ayuno de siete horas, debido a la falta de respuesta de las autoridades estatales respecto a la exigencia de libertad que solicitan los reclusos, quienes se encuentran en huelga de hambre desde hace cuatro meses, en dos Centros de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) de Chiapas.
En rueda de prensa, el Grupo de Trabajo No Estamos Todxs y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, AC. (Frayba), dieron a conocer la situación en la que se encuentran los cinco indígenas tsotsiles que persisten en exigir verdad, justicia y libertad desde el CERSS No. 5, en San Cristóbal de Las Casas y No. 10, en Comitán de Domínguez.
Detallaron que a 125 días de ayuno su salud está delicada al grado de ser trasladados con urgencia al hospital. Presentan problemas de infección, salmonelosis, deshidratación, calambres, debilidad, dolores de estómago.
También les han diagnosticado “inflamación crónica de riñón, anemia y el daño es irreversible. Sus organismos están más vulnerables, cansados y débiles, día con día el deterioro. Han perdido entre 10 y 15 kilos”, agregaron las organizaciones.
Reportes de Médicos del Mundo Suiza, organismo internacional que trabaja en la defensa del derecho a la salud y proporciona acompañamiento a Juan, Adrian, Abraham y Germán, reafirmó que el estado de salud de los reclusos se ha deteriorado de manera grave, de acuerdo con un comunicado de prensa del Frayba.
Los informes indican que esta situación “se incrementa por la falta de condiciones en el plantón al interior del Cerss. Núm. 05, por la negligencia médica en su atención y por la indiferencia del gobierno del Estado de Chiapas para resolver sus demandas. Especialmente, la negación de agua potable les ha ocasionado enfermedades como salmonelosis”.
Hay que recordar que el ayuno de los encarcelados es una forma de protesta al proceso jurídico injusto y discriminatorio que han enfrentado. A partir del pasado 15 de marzo denunciaron tener sentencias de entre 20 a 25 años de años de prisión, por delitos que no cometieron y que sus declaraciones las hicieron bajo tortura. Aunado a ello, su juicio está atestado de violaciones.
Tras esta acción, la administración morenista se comprometió a revisar los casos. Por lo tanto, los presos decidieron levantar la primera huelga de hambre, la cual duró 31 días. Esperaron 20 días para que el gobierno hiciera su trabajo, pero la promesa no se cumplió.
Fue así que luego que terminara el plazo acordado para la revisión de los expedientes, el 13 de mayo de este año, comenzaron la segunda jornada de ayuno al día siguiente.
“La lucha de los presos en huelga de hambre evidencia la crítica situación de un sistema que no garantiza justicia y donde las cárceles se convierten en centros de ‘limpieza social’, que someten a personas pobres, indígenas, a quien no puede pagar un abogado que realice una defensa adecuada” se lee en el comunicado del Frayba.
“La lucha de los presos en huelga de hambre evidencia la crítica situación de un sistema que no garantiza justicia y donde las cárceles se convierten en centros de ‘limpieza social (…)” se lee en el comunicado del Frayba