Dr. Gilberto de los Santos Cruz
Michoacano de nacimiento, chiapaneco por adopción y unachense por convicción, Carlos Maciel Espinosa es para todos quienes forman parte de la Universidad Autónoma de Chiapas, parte esencial del génesis de esta institución educativa.
A 20 años de que la Biblioteca Central Universitaria fuera investida con su nombre, en reconocimiento a las diversas aportaciones realizadas para la creación de esta universidad, la Rectoría a cargo del Dr. Carlos Faustino Natarén Nandayapa siempre menciona de este gran benefactor de la UNACH Don Carlos Maciel Espinosa”.
En todo momento se recuerda los principales actos de filantropía realizados por este empresario, los cuales demostraron su compromiso con la juventud y la educación de Chiapas, no solamente durante los años 60, sino de todos los tiempos.
“De estas aportaciones, nació la mayoría del patrimonio material con que la UNACH cuenta, lo que permitió la creación de espacios emblemáticos como lo es la biblioteca, Central para la cual también destinó un considerable monto.
Estos fueron los grandes catalizadores para que la primera universidad de Chiapas viera la luz.
Asimismo, afirmó que la comunidad universitaria tiene memoria para reconocer a los grandes hombres, como lo fue el originario del municipio de Chavinda, Michoacán; en vida fue reconocido con el nombramiento de Doctor Honoris Causa en el año 1993, bautizando además, con su apellido el edificio que se encuentra sobre la Avenida Central y Segunda Calle Poniente, en Tuxtla Gutiérrez.
Asimismo, posterior a su fallecimiento, esta biblioteca que diariamente recibe alrededor de 2 mil usuarios, también lleva su nombre, mientras que ha sido instituido el Premio Carlos Maciel al Servicio Social Universitario.
En este marco, el Rector Carlos Nataren Nandayapa, resalta que todos quienes han estudiado una licenciatura en la UNACH, deben ser conscientes del valor histórico que este hombre tiene para la educación superior en nuestro estado, pues gracias a sus aportaciones, generaciones de profesionales han egresado y egresarán de esta Casa de estudios.
Apuntó que el legado y patrimonio que este reconocido personaje estableció en la Universidad, debe ser honrado con el trabajo continuo en el tema educativo, pero también en las aportaciones a la cultura y el desarrollo de la entidad, a través de las distintas dependencias universitarias que la conforman.
Don Carlos Maciel fue el benefactor más importante en la historia de la Universidad Autónoma de Chiapas.
Maciel Espinoza donó un edificio en el centro de la ciudad para la Universidad (Julio/26/1966), así como las escrituras del terreno donde se construyó el primer campus de la UNACH (Marzo/11/1966).
Para 1969 la matrícula de las dos escuelas que funcionaban en el edificio Maciel era ya numerosa, por lo que fue necesario echar mano de los 250.000 metros cuadrados donados también por don Carlos Maciel en el kilómetro 1,081 de la Carretera Panamericana. El benefactor, entonces, bondadosamente hizo efectivo el ofrecimiento de donar 100.000 pesos más para la construcción de la Escuela de Técnicos en Contabilidad y Administración, por lo que en ese mismo año se inició la construcción del edificio.
Durante 1969 en los terrenos de San Andrés Piedra Bola, donados por don Carlos Maciel, se construyeron en forma sucesiva, la Escuela de Ingeniería, la Escuela Superior de Comercio, Arquitectura, para después, y ya en el régimen del Dr. Manuel Velasco Suárez, el Auditorio Universitario, las instalaciones de Rectoría y otras construcciones más.
Siguiendo el ejemplo de don Carlos Maciel, la sociedad chiapaneca, pueblo y notables, hacen suyo el proyecto de universidad, destacando más allá de su legado cultural, las donaciones en dinero de los hombres que conformaron el Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, también hizo su contribución económica el H. Ayuntamiento de Cintalapa de Figuera, Chiapas, Patrocinio González Garrido, el magisterio federal, la Unión de Productores de Cacao, Edgar Robledo Santiago, la agrupación de Estudiantes Unidos del ICACH, el Círculo de Estudios Sociales de la Escuela de Derecho, el Club de Leones de Pichucalco, las presidencias municipales de Tuxtla Gutiérrez, Mapastepec, Chamula, La Trinitaria, Acala, Sixto González y el pueblo en general a través de un maratón radiofónico (Reyes Magos, F., 1995:19).