El exdeportista creó fuertes vínculos con políticos mundiales, sobre todo con los de la izquierda
PORTAVOZ / AGENCIAS
Ídolo de las masas, creador de una generación de infancias y juventudes felices, último ídolo de la incorrección política, Diego Armando Maradona creó fuertes vínculos con políticos mundiales, sobre todo con los de la izquierda.
Incluso, la lente del cineasta serbio Emir Kusturica enfocó su cámara en Maradona, considerado el mejor futbolista de todos los tiempos. Recogió escenas de su infancia, de sus glorias en la pelota, sus conflictos maritales y sus problemas con las drogas. Realmente tuvo una vida digna de película.
Un apartado importante de este film son los nexos de Maradona con la clase política, que lo llevaron a estrechar amistades con personajes de la izquierda, como Fidel Castro, quien fuera presidente de Cuba.
Incluso, el astro del futbol tenía un tatuaje en su hombro derecho con el rostro de quien también fuera líder de la Revolución Cubana, con quien también coincidió con el día de su muerte, aunque con cuatro años de diferencia.
Fidel “es el más grande de la historia”, exclamaba el futbolista. Los estrechos vínculos de Maradona con la ínsula hicieron que aceptara ingresar a un hospital cubano a rehabilitarse.
Fue también amigo íntimo del bolivarista Hugo Chávez, quien fuera presidente de Venezuela. “Chávez somos todos”, dijo Maradona en una ocasión. Tras la muerte de Chávez, Maradona continuó su amistad con el país sudamericano, ahora con su sucedor Nicolás Maduro.
Otro amigo de Maradona fue Evo Morales, cuando éste fue presidente de Boliva. En noviembre de 2019, cuando Morales salió del país luego de unas fallidas elecciones, uno de los más solidarios fue Maradona.
“Lamento el golpe de Estado orquestado en Bolivia. Sobre todo por el pueblo boliviano, y por Evo Morales, una buena persona que trabajó siempre por los más humildes”, escribió entonces.
Cuando el Papa Francisco llegó a la sede de El Vaticano, Maradona también externó su simpatía y amistad, por una institución que antes criticaba.
“De ahora en adelante, soy el capitán del equipo Francisco”, declaró tras decidir sumarse a las iniciativas humanitarias del jerarca católico.
