El episodio final sin duda estuvo a la altura de las expectativas
PORTAVOZ / AGENCIAS
Después de esperar tanto para ver el final de la segunda temporada The Mandalorian, por fin pudimos verlo y sin duda estuvo a la altura de las expectativas. Sabemos que todo apuntaba a que Mando iba a hacer todo lo que pudiera para reencontrarse con Baby Yoda y así ha sido en ‘El rescate’.
El octavo y último capítulo fue impresionante que nos dejó una gran conexión con la trilogía original de Star Wars. Pudimos ver como Jon Favreau supo hacer bien las cosas, antes de recurrir a un intento desesperado de rescate, así los primeros instantes del capítulo, donde vemos al protagonista conseguir la información y los aliados necesarios para incrementar al máximo sus posibilidades de éxito.
TODO LO QUE VIMOS EN EL ÚLTIMO EPISODIO
Un final con muchas sorpresas, pues las reapariciones del Dr. Pershing, Bo-Katan y Koska Reeves fueron la primera pista de lo que nos esperaba. Por otro lado, los detalles como la evolución tecnológica de los soldados imperiales y concluyendo con la poderosa llegada de Luke Skywalker dejando claro todo su poder, fueron la cereza del pastel.
Vemos comoThe Mandalorian juega con la incógnita sobre si realmente iba a ser él con una primera aparición con ciertos ecos de la última vez que vimos a Darth Vader. Sin duda fue un gran capítulo, pues sabe ir alimentando la intensidad, guardándose incluso un as en la manga de cara al futuro de la serie con el hecho de que Bo-Katan va a tener que enfrentarse a Mando si quiere cumplir lo que considera que es su destino.
Poco antes de eso podemos apreciar cómo los soldados imperiales estás de más, pues su única funcionalidad es hacer que los enemigos tarden ligeramente más en llegar hasta el gran villano, aquí personificado por un muy convincente Giancarlo Esposito como Moff Gideon.
El enfrentamiento entre Mando y Gideon, era lo que todos esperábamos, aunque nos hubiera gustado ver menos coreografía trabajada, ya que la puesta en escena de Peyton Reed tampoco está especialmente conseguida.
A su manera, Favreau recupera la idea de ver a los protagonistas sitiados que ya utilizó en el final de la primera temporada, pero aquí opta por conectar de forma aún más clara The Mandalorian con la trilogía original gracias a la aparición de Luke Skywalker. Los retoques digitales hicieron maravillas para que Mark Hamill aparentase la edad que debía tener el personaje entonces.
Así como nos sorprendió la aparición de Luke, de esa manera sentimos la despedida de Mando y Baby Yoda, siendo un gran acierto que Pedro Pascal vuelva a mostrar su rostro para conseguir a través de pequeños gestos todo el volcán emocional que está teniendo lugar en su interior.
Solo esperamos que no se la última vez que vemos a Grogu, ya que la tercera trilogía de Star Wars nos dejó claro que a Luke no le fue precisamente bien con su Academia para formar jedis.
Podemos decir que el último episodio fue el mejor de esta segunda temporada y que sin duda este final fue increíblemente maravilloso. Probablemente, The Mandalorian podría tener su propio spin-off.
