Esa el único instrumento que dominaba la oposición; Juan Guaidó indicó que defenderá la Constitución y calificó de fraudulentas las elecciones legislativas
PORTAVOZ / AGENCIAS
Este martes, el partido oficialista de Venezuela, que representa al presidente Nicolás Maduro, asumió el control de la Asamblea Nacional, la única institución de la nación sudamericana sobre la que no tenía control.
El Congreso ahora será presidido por Jorge Rodríguez quien otrora fuera ministro y diputado; este cambio marca una consolidación del poder de Maduro, que en los albores de 2019 se tambaleaba cuando diversos países reconocieron a Juan Guaidó como el líder legítimo del país.
Rodríguez, tras la juramentación de la directiva del Congreso, centró su discurso en cuestionar al parlamento opositor y las sanciones de Estados Unidos, para el que volvió a hacer un llamado al diálogo nacional.
“Estuvieron aquí por cinco años (en alusión a la oposición) quienes vinieron a traicionar la voz de quiénes lo eligieron. No podemos olvidar. Reconciliación sí, pero sin amnesia. Perdón sí, pero sin olvido. Concordia sí, pero hay crímenes que no pueden ser perdonados”, dijo el presidente del Parlamento.
“La reconciliación pasa por un gran diálogo nacional. Y de esta Asamblea Nacional saldrá una comisión para ello”, agregó Rodríguez. En 2019 hubo una mesa de diálogo, bajo la mediación de Noruega, pero a mediados de ese año los representantes del gobierno venezolano se retiraron del proceso.
La oposición no participó en las elecciones legislativas de diciembre por considerar que no tenían garantías, y reformó un estatuto de transición para extender su mandato por un año. Aunque varios opositores dijeron que no seguirán como parlamentarios y otros temen persecuciones.
Más temprano, la oposición organizó una sesión virtual, encabezada por Guaidó, donde dijo que “la dictadura apostó que nos íbamos a ir del país y la respuesta es sencilla, aquí estamos, aquí está el Parlamento defendiendo la Constitución”.
El líder opositor denunció que en los últimos días algunos miembros de los partidos políticos han sido intimidados.
“El presidente Guaidó y la Asamblea Nacional son los únicos representantes democráticos del pueblo venezolano reconocidos por la comunidad internacional”, dijo el martes en un comunicado el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo. “Deben ser liberados del acoso, las amenazas, la persecución y otros abusos de Maduro”.
El gobierno de Colombia en un comunicado también dijo que mantiene su apoyo a Guaidó. Otros grupos de países que respaldan al líder opositor, incluida la Unión Europea, no han declarado claramente si están de acuerdo en que la oposición siga operando bajo una comisión legislativa.
A los desafíos de Guaidó se suma la toma de posesión del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, prevista para el 20 de enero, en reemplazo del gobierno de Donald Trump que ha intensificado las sanciones estadounidenses y la presión diplomática para que Maduro abandone el poder.
Biden ha calificado a Maduro de dictador y ha dicho que trabajará con otros países para buscar elecciones en Venezuela. Pero desde el oficialismo aspiran que se produzca un cambio.
La instalación del nuevo Parlamento para algunos ciudadanos no tuvo relevancia, en momentos que el país sigue en recesión con altos precios.
“No estoy pendiente de eso (de la Asamblea) estoy trabajando para resolver mis problemas”, dijo María Rojas de 49 años y quien es empleada en una alcaldía. “Dios es el único que puede resolver la situación”.
El oficialismo, que por 15 años tuvo el control del parlamento, tras su derrota en 2015, limitó las funciones de los legisladores opositores con decretos gubernamentales, una asamblea constituyente y fallos judiciales que llevaron a varios diputados al exilio. La semana pasada el Tribunal Supremo dijo que la reforma del estatuto era inválida.
La instalación del nuevo Parlamento para algunos ciudadanos no tuvo relevancia, en momentos que el país sigue en recesión con altos precios.