La violencia en el estado ha causado un gran número de desplazados y desapariciones, siendo el sector infantil el más afectado y con mayor riesgo de ser reclutados por el crimen organizado
PORTAVOZ STAFF
Diversas organizaciones civiles muestran su preocupación debido al aumento de la violencia por la delincuencia organizada en el estado, teniendo como enfoque el sector infantil de Chiapas, quienes han sufrido las consecuencias al registrarse cifras alarmantes de desapariciones y desplazados.
Diplomáticos e integrantes de organizaciones defensoras de derechos de la niñez, mujeres, migrantes, pueblos indígenas, del medio ambiente, periodistas y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas entre otros, expusieron que en lo que va del año la entidad registró 565 niños, niñas y adolescentes que se encuentran en calidad de desaparecidos, y 14 mil desplazados.
Un grupo de embajadores de la Comunidad Europea realizaron una visita a Chiapas con la finalidad de recopilar informes sobre las principales problemáticas que aquejan a la demarcación territorial, se reunieron en días pasados con diferentes organizaciones de la sociedad civil y periodistas, quienes brindaron información de primera mano sobre la situación actual de la entidad.
Las zonas indígenas se encuentran más afectadas por la desaparición y desplazamiento de menores y suelen ser un reflejo de la severa violencia que se suscita en Los Altos por grupos criminales, esta misma termina por envolver a periodistas, a quienes se les amenaza para ejercer la autocensura.
Tan sólo en 2021 se reportó un pico en el epígrafe de desapariciones a 565, que se traduce a tres niños del que se desconoce su paradero cada dos días. En Chiapas existe un universo de 65 mil menores que corren el riesgo de ingresar a las filas de grupos relacionados con el narcotráfico, advirtieron los embajadores.
Por último, se consideró la situación de impunidad al continuar sin castigo el asesinato del activista Simón Pedro Pérez y el fiscal indígena Gregorio Pérez Gómez.
Las zonas indígenas se encuentran más afectadas por el desplazamiento de menores y suelen ser un reflejo de la severa violencia que se suscita en Los Altos