Indocumentados siguen a la espera de ser enviados a otras entidades para acelerar su proceso como refugiados, sin embargo, las prácticas de corrupción por presuntos elementos de migración preocupan a este sector vulnerable
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Aparentes agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), extorsionaron a migrantes haitianos en Tapachula al solicitarles hasta 300 dólares a cambio de acelerar el proceso de traslado al norte del país o comenzar con el trámite para adquirir asilo en México y con ello permitirles continuar su destino hacia Estados Unidos.
Según el portal nacional Excelsior, existe un gran número de indocumentados reunidos en el Estadio Olímpico desde hace tres semanas, todos ellos en espera de ser enviados a otros estados de la República para ser atendidos por las instancias migratorias, sin embargo, muchos de ellos fueron víctimas de extorsión y se niegan a brindar más información por temor a represalias.
De acuerdo a lindocumentados haitianos, el INM les proporciona un ticket para abordar autobuses con destino a otra entidad y documentar las pocas pertenencias que llevan consigo.
Por otra parte, sus connacionales que deciden no cooperar con el modus operandi de los agentes de migración, esperan su turno, pero externan su molestia, dado que, no se les proporciona un trato digno y deben esperar por un extenso horario a tener la oportunidad de ser atendidos.
Además, el presidente del Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos (CCDNAM), Wilner Metelus, afirmó que el INM se destaca por los tratos inhumanos a las personas en situación de movilidad, dado que, los tienen bajo el sol, sin acceso a servicios sanitarios, alimentos y tampoco agua para mantenerlos hidratados.
El activista explicó que residen en Chiapas haitianos desde hace más de un año, en espera de un resolutivo para su situación migratoria, sin embargo, comienzan a mostrar signos de desesperación, pues no cuentan con una fuente de ingresos y eso hace mucho más complicada su estadía en el país.
Alrededor de siete mil migrantes, entre niños y bebés, continúan en el Estadio Olímpico y mantienen su esperanza en poder avanzar por la República Mexicana sin temor de ser deportados.