El primer ministro británico, Boris Johnson, está a punto de anunciar el fin de la mayoría de
las medidas contra el virus, en un intento de convivir con el virus tras un aparente pico de
casos
PORTAVOZ / AGENCIAS
Reino Unido fue el primer país en limitar los viajes internacionales por la variante ómicron, lo
que hizo saltar las alarmas sobre sus mutaciones, y en diciembre introdujo la recomendación
de trabajar en casa, el uso de mascarillas en interiores y exigencia de certificados de vacunas
para frenar su propagación.
Sin embargo, aunque los casos se dispararon hasta alcanzar cifras récord, las hospitalizaciones
y las muertes no han aumentado en la misma medida, en parte debido a la campaña de
refuerzos de vacunas en Reino Unido y a la menor gravedad de la variante.
El planteamiento de Johnson de evitar los confinamientos y convivir con el virus contrasta con
el enfoque de tolerancia cero con el COVID-19 en China y Hong Kong, y con las restricciones
más estrictas en muchos otros países europeos.
El ministro de Sanidad, Sajid Javid, dijo el martes que probablemente Reino Unido haya
alcanzado ya el máximo de casos y hospitalizaciones.
“Soy cautelosamente optimista de que podremos reducir sustancialmente las medidas la
semana que viene”, dijo Javid en el Parlamento, en referencia a la fecha en que las llamadas
medidas del Plan B deben ser formalmente revisadas.
Johnson ha recibido críticas por su gestión de la pandemia en general, y Reino Unido ha
registrado 152.513 muertes, el séptimo total más alto a nivel mundial. Escocia, Gales e Irlanda
del Norte han seguido sus propias medidas contra el coronavirus, generalmente con
restricciones más duras.
El miércoles Johnson se dirigirá al parlamento para hablar de los próximos pasos del Plan B y
tratará de concentrar la atención en este asunto, tras la indignación causada por las fiestas en
su oficina durante el confinamiento, que ha hecho que algunos miembros de su partido
conspiren para destituirlo
Johnson admitió que asistió a una fiesta en el jardín de su oficina y residencia de Downing
Street en mayo de 2020 mientras estaban prohibidas las reuniones sociales.
El levantamiento de las medidas del Plan B, junto con la gestión de ómicron sin recurrir a un
confinamiento estricto, podría ayudarle a apaciguar a los detractores de las restricciones en su
propio partido en un contexto de malestar.
“La variante ómicron sigue suponiendo una amenaza importante y la pandemia no ha
terminado. Las infecciones siguen siendo elevadas, pero los últimos datos son alentadores, ya
que los casos empiezan a disminuir.”
Javid dijo que un tercio de los 15 millones de casos que se han producido en Reino Unido
durante la pandemia se habían notificado desde el inicio de ómicron. Por el contrario, solo el
5% de las muertes por COVID se han registrado desde que se identificó ómicron a finales de
noviembre.
“La idea era que, si se ponía mucho énfasis en el programa de vacunas de refuerzo, sería
posible llevarlo a cabo sin métodos más coercitivos”, declaró a Reuters el profesor François
Balloux, del Instituto de Genética del University College de Londres.
“En términos de morbilidad y mortalidad, creo que podría considerarse probablemente la
decisión correcta”, dijo.