Próximo a cumplir 81 años de edad, “El Puma” ha recorrido el país y ha participado en maratones
de hasta 42 kilómetros
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTOS: JACOB GARCÍA
Son las 11:00 horas de la mañana, el cielo se encuentra despejado y el sol acaricia toda la ciudad
de Tuxtla Gutiérrez; el calor se hace presente y la humedad se puede sentir en todo el cuerpo. Me
encuentro rumbo a la Colonia Benito Juárez, lugar en donde radica el icónico atleta Alfredo Flores
Jaimes, mejor conocido como Fredy Valencia “El Puma”.
Al llegar al portón de su hogar se puede observar un pasillo lleno de árboles, las paredes
elaboradas de ladrillos, un cuadro en la entrada; me acercó para poder anunciar mi presencia y a
lo lejos identifico unos ojos verdes que asechan la entrada a su territorio y con un caminar lento y
minucioso se acerca uno de los felinos más feroces del mundo o eso me pareció ver a primera
instancia, en un segundo parpadeo visualizo a un hombre adulto que rugía desde lejos “abran la
puerta”.
Intenté entrar a su guarida, no recuerdo si eran los nervios o esa aura de ferocidad lo que no me
permitía encontrar abrir la puerta, una vez más escuché un grito más cercano y con voz firme que
decía “ya me di cuenta que de rateros no la hacen” de inmediato suelta una pequeña risa para
reafirmar el chascarrillo.
Me percato que después de realizar un pequeño movimiento “El Puma” abre su jaula y brinda la
bienvenida a su casa, voy detrás de sus pasos por el pequeño corredor, vestido de pantalones
deportivos, playera de color verde, tenis y gorra me invita a subir a la sala. Las paredes del recinto
tienen fotografías de sus nietos e hijas; continuamos con el recorrido a un tercer nivel en la
vivienda, sitio que es usado para guardar sus más de 200 medallas en toda su carrera como
deportista.
Tomamos asiento e iniciamos una pequeña charla, “El Puma” hace honor a su sobrenombre,
porque se mantiene implacable a sus 81 años de edad, en las carreras se le ve con paso firme y
tiene el instinto animal que lo ha llevado a superar múltiples adversidades en la vida; sus ojos se
enfocan en mí y se toma el tiempo necesario para contarme su historia.
¿Cuál fue la razón del trayecto de la CDMX a Chiapas?
“La Asociación Nacional de Actores (ANDA) me había citado porque una persona buscaba
contratar mis servicios como cantante en Tuxtla Gutiérrez, el show se realizóen el hotel María
Eugenia, eso fue como por ahí de 1980 y tengo poco más de 40 años de vivir en el estado” explicó
mientras se acomodaba su gorra y sonreía, como si el recordar aquellas memorias de su primer
evento en la capital hubiese sido ayer.
¿De dónde surge el sobrenombre Fredy Valencia “El Puma” y cómo fue su infancia?
“El nombre de Fredy Valencia surgió por el apellido de mi padre, Guadalupe Flores Valencia, el
nombre Fredy se me ocurrió porque necesitaba un nombre artístico, y «El Puma» por un bar
donde laboré que tenía una pantera pintada sin terminar en el escenario y la gente algo tomada lo
confundía con este animal, así que, al salir a presentar, el público gritaba el nombre del felino y me
quedó”. “Fui un niño de la calle en la Ciudad de México a raíz de la separación de mi familia;
resulta que mi mamá se separó de mi papá al verlo con otra mujer, yo estaba recién nacido; mi madrastra no me quería y tuve que irme con mi abuela paterna que falleció cuando yo tenía cinco
años”. “Tuve que vender chicles y cantar en los camiones en compañía de una botella de refresco
y un trozo de madera para sobrevivir” reiteró.
¿Cómo empezó su formación como cantante?
“Un señor que tomaba el camión hacia Xochimilco ya me había oído cantar, me preguntó si me
gustaba la cantada y respondí que sí, me hizo mención de la academia San Carlos, el mejor lugar
para de canto que existía en México y reiteré con una risa soñadora que costaba un dineral, en ese
entonces el señor se ofreció a pagarlo y así fue” detalló Valencia.
¿Alguna vez tuvo contacto con su madre?
“Sí, una vez, me encontré a un tío en México, me dio una dirección en Pachuca, Hidalgo; llegué al
domicilio, toqué una ventana y escuché la voz de una mujer que decía – ¿qué desea? -, me entró
un sentimiento feo porque no me reconocía, me límite a preguntar la hora y antes de irme
pregunte si no se acordaba de mí, me miró y empezó a llorar, salió de su casa, me abrazó; me
ofreció quedarme a vivir con ella, pero vi a un hombre acostado en la cama en compañía de dos
niñas y me negué, por lo tanto, me quedé en la ciudad y conseguí trabajo de mesero” enfatizó.
¿Cómo pasó de mesero a cantante?
“Fue gracias a un cómico que le decían «El Hilachas» que en paz descanse, el me recomendó con la
dueña del antro donde trabajaba y lo cubrí para anunciar la variedad (…) pero esa ocasión, no lo
hice bien y le pedí a la señora otra oportunidad, no importaba si no me pagaba; mejoré y una
ocasión el delegado de la ANDA vio mi presentación, me pidió mis papeles, me llevó a México y me
presenté en un lugar llamado «El perro Andaluz»” abundó Fredy Valencia.
¿Cómo inició su carrera de atleta?
“Cuando regresé a Tuxtla Gutiérrez después de estar siete años en Veracruz y siete en Cancún,
conocí a Tito Maza, tenía un grupo de 15 corredores y me uní a ellos, entrenábamos y la primera
carrera que hice fue de cinco kilómetros” reconoció el deportista.
¿Hace cuántos años se celebra la carrera en beneficencia del “Puma”?
“La realizamos desde hace seis años con ayuda del municipio de la ciudad, sirve para apoyar mi
economía porque tengo dos hijas que están enfermitas” sostuvo.
¿Cuál fue el origen de la frase “vamos ancianos”?
Fue en una carrera de Caña Hueca a la Diana Cazadora, vi a cinco jóvenes sentados en la banqueta
porque no podían más y les dije – ¿qué hacen ahí sentados? ¡párense ancianos! Si yo puedo seguir
corriendo ustedes también – y ahí me acostumbre a decirlo en cada carrera.
“El Puma” realizará su carrera anual con causa el próximo 24 de abril, el costo de inscripción será
de 150 pesos, estará ubicado en Caña Hueca de lunes a domingo en un horario de siete a 10 de la
mañana y los primeros 200 inscritos tendrán una medalla con la imagen de él, y su niña; al reverso
el felino y el logo icónico “vamos ancianos”.
“El Puma” hace honor a su sobrenombre, porque se mantiene implacable a sus 81 años de edad, en las carreras se le ve con paso firme y tiene el instinto animal que lo ha llevado a superar
múltiples adversidades en la vida