Manuel Velázquez
Segunda parte
El campo de trabajo de los creadores se transformó en los tiempos que nos está tocando vivir, un
entorno desafiante para operar y competir. Para el artista hoy es necesario familiarizarse con
agilidad no solo con los cambios artísticos, sino también, con las condiciones y cambios de la
sociedad y los mercados. Esto incluye el monitoreo de las tendencias nacionales, regionales y
locales del arte, el mercado y la gestión cultural, revisar lo que señalan los especialistas de la
cultura que trabajan en temas relacionados con los nuevos tiempos.
Para enfrentar lo anterior, las respuestas son un conjunto de estrategias relacionadas con
el marketing y la creación artística, la administración de recursos, la gestión de nuevos públicos y
mercados y decisiones emocionales, personales y familiares. Es importante optar solo por unas
pocas estrategias básicas, que serán las que contribuyan a la consecución de los objetivos de un
modo más rápido.
Aquí compartimos algunas estrategias para vivir del arte:
1.- Ver la crisis como una oportunidad para generar innovación desde la imaginación artística
Una forma inteligente es iniciar por un cuidadoso análisis autocrítico. Hay que recordar
que la profesión de artista es tan gratificante y compleja como misteriosa y apasionante. Además,
el reconocimiento se logra con disciplina y preparación permanentes. Las crisis son oportunidades
para reflexionar acerca de la convicción de dedicar la vida a la creación artística. Es importante
tener un rol de liderazgo en la comunidad. Inspirar, anticipar, conceptualizar y programar. La
flexibilidad y movilidad permiten ser diferentes e innovadores. No es negativo ser ambiciosos para
conseguir nuestros objetivos, pero es importante mantener el nivel adecuado de empatía,
solidaridad y estado anímico en todas tus actividades y operaciones.
2.- El capital social. El valor de las Relaciones públicas
El capital social implica la sociabilidad de una persona o grupo humano, son los aspectos
que permiten la colaboración y su uso mutuo. Los sociólogos destacan que el capital social está
formado por el afecto, la confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. El capital
social de un artista es el resultado de estrategias de inversión, intencionales o no intencionales,
orientadas a la constitución y reproducción de relaciones sociales duraderas, capaces de procurar,
con el tiempo, lucros materiales y simbólicos.
El capital social de un artista refiere a los recursos que uno puede movilizar a través de sus
amigos, allegados o relaciones más cercanas. Estos incluyen no solamente bienes materiales o
financieros, también información, contactos, relaciones, etc. Se trata de una manera “sabia” de
designar una realidad bien conocida de la vida social de un creador.
No hay que perder de vista que, como consecuencia lógica además de tener estrategias y
relaciones públicas, hay que trabajar. La producción artística es el eje de todo, después vendrá la
presentación, la manera de comunicarla, venderla y exponerla. Hay que diseñar un proyecto
cultural con ideas claras para poder comunicarlas mejor. El mercado de nuestro trabajo es
proporcional a nuestro nivel y calidad de producción. A mayor producción y calidad mayores son
las posibilidades de mercado.