El académico Arnoldo Kraus habla sobre lo que él considera un “privilegio de irse con la frente
en alto”, teniendo la oportunidad de despedirse con dignidad
LUCERO NATARÉN/AQUÍNOTICIAS
Para el académico e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), Arnoldo Kraus, “la eutanasia, sin entrar en definiciones, implica
que el paciente haya pensado, platicado consigo mismo, con su familia o sus seres queridos, y
decida hasta dónde quiere llegar, despedirse con dignidad y estar acompañado de su gente en
el tramo final de su vida”.
El también autor de muchos libros sobre la eutanasia, explica que pelear por la salud tiene
sentido mientras sea factible mejorar o sanar, en cambio pelear contra la muerte a cualquier
precio es absurdo. “No tiene sentido pervivir en malas condiciones cuando la vida se ha
agotado y es imposible reactivarla”.
Por otro lado, el médico reconoce que optar por la eutanasia es un privilegio. “La gente
depauperada (débil) no tiene posibilidades de pensar en ella; o se muere antes y rápido, o no
tiene acceso a toda la parafernalia tecnológica médica que hace que la vida se alargue
innecesariamente”.
Agrega que es en ese prolongar (la vida) que algunas personas piensan: “ya no quiero vivir así”,
y desde ese punto de vista se convierte en un privilegio decir que “ya no quieren sufrir más;
que no quieren que su gente sufra y quieran despedirse con la frente en alto”.
ACOMPAÑAR A MORIR, UN ACTO DE AMOR
Cuando se amó a una persona y ella siente que ha cumplido su vida, y eso se precipita o se
adelanta por procesos terminales, ya sea por cáncer, enfermedades pulmonares graves o
alguna otra, tiene derecho a pedir que se le acompañe. Acompañar a morir es un privilegio, es
un acto de amor despedirse de la persona que se quiere y permitirle que se vaya cuando
todavía tiene alguna capacidad de gozar la vida.
Arnoldo Kraus concluye que es un acto de civilidad tomar la decisión de morir vía eutanasia
con la ayuda de un médico.