De acuerdo a la RNR, 6 mujeres cada 24 horas reportan haber sido víctimas
CAROLINA GORDILLO / PORTAVOZ STAFF
FOTOS: JACOB GARCÍA
La violencia de género se define como aquella que afecta a las mujeres por el mero hecho
de serlo, atentando directamente contra su integridad, su dignidad, y sus derechos. Por
ello, se ha mencionado que dentro de la violencia de género se puede incluir cualquier
acto violento o agresión que se encuentre bajo alguna situación de desigualdad o
discriminación dentro del marco en el que vivimos actualmente; es decir, dentro de un
sistema que, desde su creación, ha sido terriblemente patriarcal, donde la condición, las
necesidades y los caprichos de los hombres suelen ponerse por encima de los de las
mujeres, cayendo regularmente en estereotipos, machismo, discriminación, y constantes
abusos hacia ellas.
Dichas actitudes perjudiciales pueden tener como consecuencia diversos daños físicos,
sexuales, económicos, o psicológicos. Según los diccionarios, la violencia física, se define
como cualquier acto de fuerza contra el cuerpo (en este caso, más específicamente sobre
el cuerpo de las mujeres) que tiene como consecuencia el surgimiento de diversas
lesiones físicas como pueden ser los golpes, las quemaduras, los pellizcos, tirones de
cabello, los empujones, el lanzamiento de objetos, el uso de armas, los intentos de
estrangulamiento y asesinato, o incluso intentos para provocar abortos.
Por otra parte, la violencia psicológica incluye toda conducta, verbal o no verbal, que
produzca en la mujer una desvalorización o un sufrimiento propiciado por los insultos, el
menosprecio, las intimidaciones, las amenazas, el abuso de autoridad, las faltas de
respeto, la manipulación, el chantaje, entre otras cosas que atentan directamente contra
el bienestar y la salud mental de las mujeres. Existen otras violencias más, como la
violencia económica, donde se Incluye la privación intencionada y no justificada
legalmente de los recursos para el bienestar físico o psicológico de la mujer y de sus hijas
e hijos, o la discriminación en la disposición de los recursos compartidos en el ámbito de la
convivencia de pareja, que, a la larga, puede causar daños psicológicos y en la economía
de las mujeres.
Finalmente, las violencias que suelen ser consideradas como las más graves en dicho
ámbito son la violencia sexual (que hace referencia a cualquier acto de naturaleza sexual
forzada por el agresor que abarca la imposición, mediante la fuerza o mediante la
intimidación, de relaciones sexuales no consentidas por la mujer), y el feminicidio, que es
directamente el asesinato por la condición de ser mujeres y ser un grupo vulnerables.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en México, la cifra de
feminicidios diaria pasó de un promedio de nueve a 11; es decir, incrementó
exponencialmente con el paso de los años. Asimismo, se consideró que el año 2021 fue el
que contó con más feminicidios en toda la historia de México, dado que 2,747 asesinatos
de mujeres se registraron como “homicidios dolosos”, además de que muchos de ellos quedaron impunes debido a la falta de averiguaciones e investigaciones por parte de las
autoridades correspondientes.
De igual manera, otros datos estremecedores ponen en evidencia que, durante el año
2021, se acumularon 21,188 denuncias por delitos de violación, alcanzando de esa manera
el máximo histórico de México en ese tipo de violencia. Además de ello, debido a la
pandemia de la COVID-19 y al confinamiento, se recibieron 291,333 llamadas de
emergencia al 911, donde las mujeres solicitaban auxilio por motivos de violencia
doméstica y de género.
Debido a dichos datos, y a distintas situaciones de violencia a las que se enfrentan las
mujeres día con día, dentro de México muchas de ellas han optado por volverse
resistencia, alzar la voz y exigir justicia. Mediante ello, han surgido muchos grupos y
colectivos donde luchan por las mujeres desaparecidas, y donde se manifiestan por sus
hermanas, amigas, madres, hijas, compañeras, o desconocidas en las calles, porque, a fin
de cuentas, consideran que nada les asegura no ser las siguientes en requerir de dicho
apoyo colectivo.
Gracias a los colectivos y la lucha de las mujeres por sus derechos y por la erradicación de
la violencia de género, en México se ha logrado la creación de diversas leyes, tales como la
Ley Olimpia y la Ley Ingrid, que evitan la revictimización, además de que persiguen y
sancionan a los violentadores y distribuidores de contenido ilicito. Aún así, queda mucho
camino por recorrer, muchas batallas por librar, y lograr la creación de una consciencia
colectiva que permita a las mujeres y niñas poder existir y desarrollarse en ambientes
completamente libres de violencia.
Durante 2021, se acumularon 21,188 denuncias por delitos de violación, alcanzando de
esa manera el máximo histórico en el país