Según el fiscal federal Damian Williams, el ex jefe policial Juan Carlos “El Tigre” Bonilla
también “participó en el asesinato de un traficante rival a pedido” del hermano del ex
presidente Juan Orlando Hernández
PORTAVOZ / AGENCIAS
El ex director de la Policía Nacional de Honduras Juan Carlos Bonilla (2012-2013), extraditado
el martes de Honduras a Estados Unidos, compareció este miércoles ante un juez federal de
Nueva York, donde deberá responder a las acusaciones de participar en una conspiración para
importar cocaína a Estados Unidos.
Bonilla, conocido también como “El Tigre”, está acusado además de usar y poseer
ametralladoras y artefactos de destrucción, dijo este miércoles la Fiscalía federal del Distrito
Sur de Nueva York en un comunicado.
La directora de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Anne
Milgram, vinculó directamente a Bonilla con el ex presidente hondureño Juan Orlando
Hernández, quien precisamente compareció ayer ante un juez en el mismo tribunal, en el que
se declaró “no culpable” de tráfico de drogas.
“El ex presidente hondureño Juan Orlando Hernández no habría llegado al poder y no habría
logrado beneficiarse de las ganancias masivas de las drogas si no hubiera sido por su amplia
red de sus socios corruptos”, entre los que Milgram mencionó a Bonilla.
Para la directora de la DEA “estos colaboradores, incluido Bonilla Valladares, también
utilizaron sus posiciones para traficar con cocaína a Estados Unidos y proteger violentamente a
otros traficantes de drogas con conexiones políticas, todo para su propio beneficio personal”.
Según el fiscal general de este distrito, Damian Williams, Bonilla “en lugar de usar su posición
de alta responsabilidad como jefe de la Policía de Honduras para combatir el narcotráfico (…)
explotó de manera errática su posición para proteger y ayudar a las organizaciones
narcotraficantes que estaba obligado a combatir”.
La acusación señala que, entre 2003 y 2020, varios cárteles de la droga se beneficiaron del
apoyo de personas bien situadas en el sector público de Honduras para hacer transitar por su
territorio droga enviada desde Colombia y Venezuela vía marítima o aérea con destino a
Estados Unidos.
Los narcotraficantes pagaron sobornos a funcionarios, “incluidos algunos presidentes,
miembros del Congreso Nacional de Honduras y personal de la Policía Nacional, entre ellos
Bonilla”, que trabajó en la policía desde 1998 a 2016, asegura la fiscalía.
“El Tigre” también “recurrió a la violencia, e incluso a los asesinatos, para proteger la célula
particular de traficantes de droga con conexiones políticas”, entre ellos el entonces presidente
hondureño Juan Orlando Hernández y su hermano y entonces parlamentario Juan Antonio
“Tony” Hernández, agregó.
Durante el juicio contra “Tony” Hernández, el ex alcalde de la localidad hondureña de El
Paraíso Alexander Ardón, que compareció como testigo, aseguró que en 2011, “El Tigre” se
encargó del asesinato de un narcotraficante por orden de “Tony” Hernández, aunque la orden
la dio él.
En ese momento, Bonilla era el director regional de la Policía. Según la fiscalía, el ex jefe de
policía “participó en el asesinato de un traficante rival a pedido” de “Tony” Hernández porque
“había tratado de impedirle (…) el transporte de cocaína a través de una región del occidente
de Honduras cerca de la frontera con Guatemala”.
El ex jefe policial fue capturado el pasado 9 de marzo en una estación de peaje en el sector de
Zambrano, unos 30 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
La extradición de Bonilla, que fue acusado en abril de 2020 y solicitado por EEUU en mayo de
2021, fue aprobada por un juez natural de Tegucigalpa el 8 de abril.
En abril de 2020, el entonces fiscal del distrito de Manhattan, Geoffrey Berman, indicó que
Bonilla jugó un “papel clave en una conspiración internacional de tráfico de drogas”.
Dijo además que Bonilla cometió delitos en nombre del ex diputado “Tony” Hernández -quien
en marzo de 2021 fue condenado a cadena perpetua más 30 años de prisión- “y de su
hermano el presidente”, en referencia al ahora ex gobernante Juan Orlando Hernández, entre
ellos “el asesinato de un traficante rival”.
La semana pasada, en una carta escrita a mano por Bonilla, expresó: “Ahora que enfrento un
proceso penal en el Distrito Sur de la Corte de Nueva York, he sido mencionado injustamente
por personas desconocidas que han actuado fuera de la ley, para desprestigiar mi honor,
familia y ardua carrera policial, solamente pido a Dios que los bendiga por siempre”.
Con Bonilla suman al menos 31 los hondureños que han sido extraditados a Estados Unidos
por narcotráfico, desde 2014.
La acusación señala que, entre 2003 y 2020, varios cárteles de la droga se beneficiaron del
apoyo de personas bien situadas en el sector público de Honduras