El ambulantaje ha dado paso a actividades ilícitas como cobro por derecho de piso y operación de
bandas delictivas
MIROSLAVA HERNÁNDEZ/PORTAVOZ
El comercio informal es una actividad económica que en un panorama local se da con mucha
frecuencia, sobretodo en la zona del centro de Tuxtla Gutiérrez, en donde las banquetas se han
convertido en los espacios de trabajo de miles de comerciantes, con ello, dicha actividad se ha
visto desbordada por la presencia del ambulantaje en la vía pública, cuestión que ha crecido de
manera exponencial, al mismo tiempo que otra serie de actividades ilícitas, tales como la venta de
mercancía de dudosa procedencia, cobro de piso a ambulantes y operación la de bandas delictivas.
Este panorama de comercio ambulante puede apreciarse en mayor medida desde algunos puntos
de la primera sur y primera poniente, hasta la novena sur, calles donde además de la ilegalidad de
dicha actividad económica también han comenzado a operar estafas como el “Paquetazo” afuera
de las sucursales bancarias, la cual consiste en un ladrón que finge haber encontrado una bolsa
llena de dinero, y le propone a su víctima repartirse el botín, para lo cual lo convence de ir a un
lugar apartado, en donde únicamente lo despojan de sus pertenencias.
O bien, hay criminales que asechan a las mujeres que acuden al centro de la ciudad para realizar
compras, una vez desprevenidas actúan sustrayendo sus carteras y demás artículos de valor que
puedan arrebatarles.
Aunado a estos peligros, el centro de Tuxtla desbordado por el ambulantaje toma carácter de
intransitable, puesto que las ventas de productos como ropa, mochilas, gorras, calcetines,
accesorios para celular y fayuca, limitan el espacio de las banquetas para que los ciudadanos
puedan transitar.
Al respecto, el Consejo Nacional de Comerciantes y Prestadores de Servicios (CONACO), ha
estimado la existencia de alrededor de cuatro mil comerciantes que trabajan en la informalidad en
la vía pública del centro de la capital chiapaneca.
Gran parte de los vendedores son jóvenes con habilidad para torear a la policía y fiscales
municipales, e incluso algunos de ellos ligados a las actividades ilícitas como robo y cobro por
derecho de piso, la mayoría provenientes de la Ciudad de México, Puebla y Estado de México.
Derivado del peligro que asecha la vía pública del centro de Tuxtla, muchas personas locales se
han dicho sentirse temerosas de ser víctimas de robo de carteras, celulares y bolsas, situación por
la que señalan deben mantenerse alerta en todo momento durante su visita a dichas calles, dado
que la tranquilidad y seguridad se han perdido en el centro de la ciudad, debido a ello, tanto
comerciantes establecidos, como ciudadanos, demandan estrategias de seguridad en la zona, al
igual que el retiro de los comerciantes informales en la vía pública.
Hay criminales que asechan a las mujeres que acuden al centro de la ciudad para realizar compras