Entre los fallecidos se encuentran una mujer de 65 años en Kutuzovka, otra de 61 y un
hombre de 49 en Balaklia. Los ataques en la zona fueron registrados durante la noche del lunes
al martes
PORTAVOZ / AGENCIAS
Al menos tres civiles han muerto y otros dos han resultados heridos en los últimos ataques
lanzados por los rusos en la región de Kharkiv, en el noreste del país y cuya capital es la
segunda ciudad más importante de Ucrania.
Según informó este martes Oleg Synegubov, jefe de la Administración Estatal Regional de
Kharkiv, en su canal de Telegram, “en los últimos días (…) los rusos han intensificado los
bombardeos sobre el centro de la región y otros asentamientos”.
Los ataques se produjeron con sistemas de lanzacohetes múltiples y con misiles y afectaron a
varios asentamientos y los distritos industriales de la región.
”En estos ataques los civiles están siendo asesinados y heridos. 3 personas murieron durante el
día: una mujer de 65 años en Kutuzovka, una mujer de 61 años y un hombre de 49 años en
Balaklia”, dijo el responsable regional.
”Como resultado del bombardeo diurno del distrito industrial de Kharkiv” dos personas
resultaron heridas.
”En los últimos días se han registrados bombardeos en Kharkiv entre las 23:00 y las 00:00
horas. Pero el enemigo está actuando insidiosamente. Hoy los bombardeos continuaron
durante el día”, precisó.
No obstante y a pesar de los bombardeos, “los ciudadanos siguen regresando a Kharkiv. Según
datos preliminares, en la ciudad viven unas 700.000 personas. Esto es casi la mitad de los
residentes que había (antes de la guerra)”, agrego.
Enfatizó que la seguridad en la zona está bastante condicionada. “Todavía es peligroso estar en
las calles, puede haber estallidos en cualquier momento. Hay que estar atento a las alarmas y
no estar en la calle innecesariamente”.
Sobre una posible nueva ofensiva rusa en la región, dijo que “constantemente estamos
registrando la acumulación y movimiento de tropas en la frontera con nuestra región y
estamos monitoreando la situación”.
”Desde el 24 de febrero (fecha en que se inició la invasión rusa), hemos entendido claramente
que Járkov y la región son importantes para el enemigo (…). Y hacemos todo lo posible para
estar preparados para cualquier escenario”.
UN BARRIO DESTRUIDO
En Saltivka, el barrio norteño más afectado de Kharkiv, la destrucción de la guerra tiene un olor
particular: putrefacción, cenizas y aceite. La cercanía a Rusia a la zona norte de ese barrio lo
puso en la diana.
El grado de destrucción es tal que ese barrio de arquitectura soviética, hasta hace poco el más
populoso del país con unos 400.000 residentes, parece sacado de una película distópica.
Bloques de apartamentos destrozados y ennegrecidos por los ataques de artillería, calles
cubiertas de chatarra, vehículos calcinados o aplastados por los escombros, escuelas
destruidas, incluso un campo de fútbol bombardeado.
Algunos vecinos, como Serguéi, tratan de recuperar lo que de valor queda en sus pisos, en los
que ya no se puede vivir porque no tienen ni luz ni agua, y que abandonaron al principio de la
guerra.
”Es imposible volver a vivir aquí”, explica.
Además, si Rusia vuelve a avanzar hacia Járkov, el barrio volverá a estar a tiro de la artillería.
Otras de las vecinas, Maria, explica que el olor dulzón a putrefacción se debe a los alimentos
que se dejaron en los frigoríficos de las viviendas, que se descomponen entre las temperaturas
veraniegas de junio.
Muchos vecinos de Saltivka se refugiaron en el metro de Jarkóv durante meses, incluso
algunos siguen allí, como Alexei, de 67 años, y su mujer, Luba, de 65.
”No tenemos otro sitio al que ir”, se lamenta Alexei. Su mujer agrega con sarcasmo: “Putin nos
liberó de nuestra casa y de nuestra vida pacífica”.
Luba, tumbada en la cama baja de una litera, agrega que bajo tierra se sienten seguros y que
no saldrán hasta que acabe la guerra. “Tendrán que pegarme un tiro para que me vaya”,
afirma.
El grado de destrucción es tal que ese barrio de arquitectura soviética, hasta hace poco el más
populoso del país con unos 400.000 residentes