En esta etapa más experimental de Marvel Studios nos encontramos con una nueva serie que
parece que va a trascender lo establecido por Marvel
PORTAVOZ / STAFF
Temática egipcia, enfermedades mentales, un protagonista que parece que su mayor enemigo
es él mismo y el personaje que representa la versión marvelita de Batman. Parece un cóctel
muy potente, ¿no? Pues desgraciadamente se queda a medias en todos sus aspectos y eso que
tenemos a Oscar Isaac y a Ethan Hawke en los papeles de héroe y villano, respectivamente.
El problema principal de la serie es que intenta ofrecer demasiadas cosas a la vez sin acertar en
ninguna. Moon Knight siempre ha sido un personaje atractivo por intentar convivir con sus
múltiples personalidades, pero fuera del estilismo de las escenas de acción de los primeros tres
capítulos y el robo que se hace de la supuesta batalla final, no aporta mucho al tema. No es
“Split” (Múltple) de M. Night Shyamalan, ni mucho menos “Black Swan” (Cisne Negro) de
Darren Aronofsky.
Tenemos la trama de los dioses egipcios que, en un principio, parece que nos va a introducir en
una especie de “Indiana Jones” con superhéroes. Sin embargo, las escenas de investigación
son incapaces de conquistarnos. Son fáciles y sin interés; las normas que encierran a los dioses
son sencillas de romper y reestablecer –por lo que apenas generan tensión– y todo acaba en
una gran pelea de CGI que ni es espectacular, ni aporta nada con sustancia al arco de los
personajes. Algo parecido ocurre con el editing. Frenético, con muchos cortes, incapaz de
atraparnos y cometiendo el gran error de que algo tan asombroso como podría ser abrir la
tumba de la diosa Ammit sea mera anécdota, apenas una sorpresa efímera.
Tampoco se le hace justicia al Harrow de Ethan Hawke, aunque quien sí que brilla es, sin duda,
Oscar Isaac. Da la sensación de que la serie es una carta blanca para que nos demuestre sus
dotes actorales a través de las dos personalidades de Moon Knight. Es como si, por fin, un
producto con la etiqueta de blockbuster le hubiese dado su espacio propio después de “Dune”
y las malas decisiones que fueron la última saga de “Star Wars” y “X-Men: Apocalypse”.
No sé qué le deparará al futuro de “Moon Knight” –a día de hoy no está confirmada una
segunda temporada–, pero necesitará centrarse en qué se nos pretende contar y cómo,
mientras continúa aprovechándose de las dotes de este gran actor.