Investigadores deducen que los restos hallados eran usados para elaborar bolas de hule, las
cuales usaban en el rito del Juego de Pelota
MIROSLAVA HERNÁNDEZ/PORTAVOZ
En 2020, Juan Yadeun Angulo, arqueólogo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
realizó el hallazgo de una tumba prehispánica en el Tempo del Sol, cuya estructura piramidal es la
más importante de la zona arqueológica del valle de Ocosingo, Chiapas. Al respecto, el
investigador informó recientemente sobre la probabilidad de que los cadáveres de al menos un
par de gobernantes, al igual que el de una señora de Toniná y el antiguo rey maya Po’p, hubiesen
sido sometidos a una parafernalia religiosa para reducirlos a cenizas y posteriormente usados para
elaborar bolas de hule con las que practicaban el deporte del Juego de Pelota.
Asimismo, dio a conocer que el registro del espacio derivó de recientes exploraciones en el
costado norte del templo en mención, las cuales fueron ejecutadas por la Secretaría de Cultura del
Gobierno de México, a través del INAH, además, gracias a los trabajos realizados el equipo de
investigadores localizó una tapa de piedra con la representación de un cautivo atado, misma que
fue entregada al museo del sitio y reemplazada en dicho lugar por una réplica.
De acuerdo a lo que refiere el análisis microscópico de la materia orgánica, fueron personas
especializadas, posiblemente sacerdotes, quienes emprendían la combustión a los cuerpos inertes
de las personas de alto rango, dado que con la calcinación de estos obtenían azufre de las cenizas,
el cual era utilizado para la vulcanización de hule, y posteriormente usado para confeccionar las
bolas con las que practicaban el rito del Juego de Pelota.
Por otro lado, Yadeun Angulo, responsable de la investigación y de la conservación del sitio desde
hace 42 años, indicó que a escasos metros del lugar en el que encontraron la cripta en mención, se
encontraron con otro acceso independiente, durante las actividades de búsqueda del equipo de
investigadores detalló que la entrada descubierta contaba con medidas de aproximadamente 80
por 80 centímetros, y que su ubicación se localiza en el sector oriente del Templo del Sol.
Respecto al segundo hallazgo, explicó que probablemente se trate de otra tumba en donde
también se alojaron restos de gobernantes antiguos, aunque señaló que hasta el momento en
dicho lugar no hay rastro de cremaciones u otros rituales, y que probablemente esto se deba a un
posible saqueo del recinto entre los siglos XIX Y XX.
Por último, manifestó que los descubrimientos en Toniná brindan una idean más acertada
respecto a lo interesante y complejo que era la religión maya dentro de la cosmovisión
mesoamericana, al igual que el conocimiento de este proceso de transformación del cuerpo
resulta fundamental para comprender a esta antigua sociedad, debido a que lo planeado para sus
señores era el destino pensado para el pueblo mismo.
Fueron personas especializadas, posiblemente sacerdotes, quienes emprendían la combustión a los cuerpos inertes de las personas de alto rango