La desestabilización social y política que se viven en diversos puntos del estado terminan por
ocasionar pérdidas económicas significativas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Desde hace más de una semana, habitantes de al menos tres municipios de la entidad se
encuentran atrapados en medio de bloqueos carreteros que han paralizado la circulación vehicular
y generan una creciente crisis que afecta a diversos sectores de la sociedad local.
La situación más crítica se vive en Altamirano, en donde las entradas y salidas de la ciudad han
sido bloqueadas por manifestantes que exigen la desintegración del Concejo. Estas protestas solo
permiten el paso de ambulancias y vehículos de proveedores de bienes y servicios, lo cual deja
varados a los vehículos particulares y de pasajeros.
Por su parte, Ocosingo tiene limitada su conexión con la capital del estado debido a los bloqueos
en las vías principales. Para llegar a Tuxtla Gutiérrez ahora se requiere tomar una ruta alterna que
atraviesa los municipios de San Juan Cancuc y Tenejapa, un recorrido que toma alrededor de tres
horas y media y que se caracteriza por caminos en mal estado y falta de mantenimiento, esto
eleva los costos de traslado y provoca daños en los vehículos.
De manera adicional, se informó que Oxchuc se sumó a la lista de demarcaciones territoriales
afectadas por la obstrucción de vialidades. Los habitantes de la localidad, al igual que otros de la
región Selva, viven una problemática de bloqueos constante. Se reportó la instalación de un
bloqueo en la comunidad de Rancho Conejo, donde se han derribado árboles para obstaculizar la
carretera.
Estos bloqueos prolongados provocan una crisis de movilidad y acceso a servicios esenciales en la
región, vulneran la vida cotidiana de los habitantes y aumentan los costos económicos y sociales.
La situación actual exige soluciones efectivas y un diálogo constructivo, a fin de resolver las
demandas y restablecer la normalidad en estos municipios afectados.