Debido a la omisión de autoridades municipales, pobladores optaron por defender su territorio
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Como respuesta desesperada ante la creciente ola de inseguridad que ha azotado a la zona alta de
Tapachula, más de ocho comunidades tomaron medidas extremas para proteger a sus familias.
Armados con machetes y palos, los pobladores decidieron unirse en un grupo de autodefensa ante
la aparente falta de presencia policial y el deterioro de la seguridad en la región.
Desde hace días, los habitantes de esta área fronteriza han vivido en constante temor, viendo
cómo la inseguridad perjudica sus vidas cotidianas. La situación llegó a tal punto que algunos
planteles educativos cerraron sus puertas, porque los profesores se niegan a impartir clases
debido al clima de inseguridad que prevalece en la zona.
“Nos han asaltado, nos han robado motocicletas y han aterrorizado a nuestros niños. Los maestros
ya no se atreven a acudir a las escuelas para dar clases. En comunidades como Las Palmas,
Galeras, El Retiro, Fracción Urbina y Fracción el Refugio, no tenemos profesores. Los pocos que
estamos aquí nos organizamos en grupos”, explicó un miembro de la autodefensa.
Los pobladores atribuyen el aumento de la inseguridad a la rehabilitación de una carretera, que ha
dejado a varias comunidades incomunicadas y facilitó que los grupos delictivos se infiltren por los
caminos de terracería para robar sus pertenencias.
“Planeamos manifestarnos en la carretera principal, ya no podemos soportarlo. Hemos solicitado
la ayuda del ayuntamiento para pavimentar algunos caminos, pero nos dicen que no hay fondos y
el proyecto está retrasado”, afirmó otro integrante de la agrupación.
Los habitantes de la zona alta de Tapachula esperan que las autoridades atiendan sus demandas
urgentes. En caso contrario, advierten que sus protestas se extenderán por todo Tapachula en
busca de una solución a esta crisis de seguridad que los ha obligado a tomar medidas extremas
para proteger a sus seres queridos. La tranquilidad y el bienestar de estas comunidades están en
juego, y la situación exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades competentes.