Antonio Costa anunció su separeción del cargo después de que la fiscalía inculpara a uno de sus
ministros y a su jefe de gabinete en el marco de una investigación por supuestas irregularidades en
la gestión de proyectos energéticos
PORTAVOZ/ AGENCIAS
El primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa, salpicado por un escándalo relacionado
con negocios de litio e hidrógeno, presentó este martes su dimisión al presidente de la República,
que la aceptó.
Costa anunció su renuncia después de que la fiscalía inculpara a uno de sus ministros y a su jefe de
gabinete en el marco de una investigación por supuestas irregularidades en la gestión de
proyectos energéticos.
El político socialista estaba en el poder desde 2015, pero su popularidad fue socavada por una
serie de escándalos.
“Las funciones de primer ministro no son compatibles con cualquier sospecha relativa a mi
integridad. En estas circunstancias, he presentado mi dimisión al presidente de la República”,
declaró Costa ante la prensa.
La oficina de Sousa hizo saber poco después que el mandatario conservador “aceptó” la renuncia y
que convocó para el miércoles una reunión de los partidos con representación parlamentaria para
organizar elecciones anticipadas.
La investigación que salpica a Costa, que era uno de los pocos socialistas al frente de un gobierno
en Europa, está relacionada con sospechas de “malversación, corrupción activa y pasiva de cargos
públicos y tráfico de influencia” en la atribución de concesiones para minas de litio y de
producción de hidrógeno.
La Fiscalía portuguesa allanó este martes varios ministerios y la residencia del primer ministro y
dio parte de la imputación del ministro de Infraestructuras, Joao Galamba.
Indicó asimismo que “el nombre y la autoridad del primer ministro fueron mencionados por los
sospechosos”.
Precisó que Costa habría intervenido “para desbloquear expedientes” y que las acusaciones en su
contra serán examinadas en una investigación independiente.
Costa se dijo “sorprendido” por la apertura de esa investigación.
La justicia informó que debido al “riesgo de fuga” y a que persista “la actividad delictiva”,
decretaron la detención del jefe de gabinete del primer ministro, el alcalde de Sines y de dos
directivos de Start Campus, un centro de procesamiento de datos.
El presidente del consejo directivo de la Agencia Portuguesa para la Protección del
Medioambiente (APA) también está siendo investigado. La APA anunció en septiembre su visto
bueno, con condiciones, a un segundo proyecto minero para la explotación de litio en Portugal.
Portugal tiene las mayores reservas de litio de Europa y es además el mayor productor del
continente, pero destina este metal a la industria cerámica y del vidrio. El litio puede ser utilizado
para la fabricación de baterías eléctricas y es considerado clave en la transición energética.
Las oenegés ambientalistas y parte de la población local se opone a los proyectos mineros.
Los escándalos de Antonio Costa
Costa, que fue alcalde de Lisboa, llegó al poder en 2015 gracias a una alianza inédita con la
izquierda radical y los comunistas.
En su gobierno, Costa aprovechó la coyuntura favorable para dejar atrás las medidas de austeridad
aplicadas por la derecha a cambio de un rescate concedido al país por acreedores internacionales
en 2011.
En su gestión, saneó las cuentas públicas y llevó al país al superávit presupuestario.
En enero de 2022 obtuvo una apabullante victoria electoral que le permitió gobernar con mayoría
absoluta, pero su popularidad ha caído en picado tras una serie de escándalos.
El más sonado fue el que afectó a la aerolínea estatal TAP que llevó a la renuncia de una decena de
ministros y subsecretarios.
El escándalo, conocido en los medios como “TAPgate”, estalló hace casi un año después de que
trascendió que una directiva de la aerolínea cobró una indemnización de 500,000 euros.
Después, la ejecutiva asumió la dirección de la empresa pública encargada del control aéreo y a
continuación fue nombrada secretaria de Estado del Tesoro.