La creación de nuevas alianzas políticas es pieza clave para continuar con el proyecto de
transformación
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En una cafetería chiapaneca, convergieron dos figuras emblemáticas de la lucha social: Ernesto
Chávez Contreras y Antonio Santos. Compañeros añejos, su amistad se ha forjado en las trincheras
de movimientos estudiantiles y en la gestación de partidos de izquierda, al igual que han plasmado
una huella significativa en la historia política y social de México.
Chávez Contreras y Santos no son ajenos a la colaboración. Han compartido su visión en
movimientos sociales en Guerrero, se han entrelazado en el devenir del movimiento urbano
popular. Su conexión con Claudia Sheinbaum se remonta a los días de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y se ha consolidado en Tlalpan.
En esta coyuntura, su reencuentro en Chiapas adquiere un matiz estratégico. La elección de este
estado como punto de convergencia sugiere un compromiso renovado con una tarea que es
trascendental en sus respectivas carreras, por ende, en el destino del estado chiapaneco.
Ambos líderes, con un historial de servicio público y activismo social, han dejado una importante
historia en la política mexicana. Ernesto Chávez Contreras, reconocido por su incansable trabajo
en defensa de los derechos humanos y su papel preeminente en movimientos estudiantiles, ha
sido un defensor apasionado de la justicia social. Antonio Santos, por su parte, se ha destacado en
la promoción de políticas inclusivas y en la defensa de los derechos.
Su reencuentro no solo simboliza una conexión personal sólida, sino también implica una
convergencia estratégica para abordar desafíos comunes en Chiapas. La coyuntura política y social
del estado exige liderazgo y visión, y la presencia conjunta de Chávez Contreras y Santos es una
señal de que ambos contribuirán a la transformación del estado.
El café estratégico de anoche no solo fue un encuentro casual entre amigos, sino el inicio de un
capítulo significativo en la historia política de Chiapas. El compromiso de ambos líderes augura no
solo una colaboración renovada, sino también la posibilidad de inspirar y guiar a nuevas
generaciones de líderes comprometidos con el cambio y la justicia social en la región. En esta
encrucijada, la mirada se dirige al futuro con expectativas de transformación y renovación
lideradas por estos dos destacados actores de la lucha social en México.