Al son de la música con Marimba Orquesta Reyna Frailescana se da por concluida esta
festividad en honor a San Sebastián Mártir
FOTOS Y TEXTO: ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Berriozábal, un pintoresco municipio entre tradición y naturaleza, se engalana con colores y
festividad cada 22 de enero durante la tradicional “Lavada de Manteles”. Este emotivo festejo,
arraigado en la rica historia del pueblo, se celebra en el marco de la Feria de San Sebastián, el
santo patrono local.
El evento cobra vida con un recorrido lleno de simbolismo, donde mujeres ataviadas con
vestimenta tradicional zoque cargan bateas de madera por las calles del municipio. Este
antiguo ritual, legado de la cultura zoque, converge en “la represa”, el lugar donde nace el vital
líquido que alimenta a toda la comunidad.
En este punto crucial, las mujeres llevan a cabo la “Lavada de Manteles”, un gesto cargado de
significado. Aquí, los manteles del altar dedicado a San Sebastián son minuciosamente lavados,
ofreciendo este acto como una súplica al santo para asegurar que el agua nunca falte durante
el año. La conexión entre la tradición, la naturaleza y la devoción se entrelazan en este evento
que fortalece los lazos comunitarios y mantiene viva la esencia de Berriozábal.
Esta bonita tradición que perdura a lo largo de generaciones, es el lavado y secado de
manteles en Berriozábal se erige como un ritual de renovación y agradecimiento. Ataviados
con los vibrantes trajes zoques, niñas, niños, hombres y mujeres danzan al compás del tambor
y el carrizo, dirigiéndose hacia la represa para llevar a cabo la limpieza y secado de los
manteles que adornan el altar.
Para los habitantes de Berriozábal, esta ceremonia marca el inicio de un nuevo ciclo,
simbolizando no solo la gratitud hacia Dios, sino también la intercesión de San Sebastián
Mártir por el año que ha transcurrido. Además, se elevan plegarias para que el vital líquido, el
agua, no falte en el municipio.
Al son de la música de la Marimba Orquesta Reyna Frailescana, se da por concluida la
festividad en honor a San Sebastián Mártir en Berriozábal.
El padre José Roque Mazariegos destacó el acto del lavado, donde artesanos y pobladores
expresaron su agradecimiento con ofrendas como hamacas. Además, mujeres llevaron
manteles a la iglesia, los cuales fueron bendecidos por el padre Roque Mazariegos, quien
resaltó la identificación de la gente con San Sebastián Mártir, un soldado romano que sacrificó
su vida por Cristo, intercediendo por la paz y necesidades de todos.
Jorge Acero, ciudadano del municipio de Berriozábal, comentó que la Feria de San Sebastián,
celebrada del 11 al 19 de enero, inicia con fervorosos rezos al Santo Patrono. El punto
culminante llega el día 20 con la “comida grande”, un festín que une a toda la ciudadanía. Esta
tradición, con muchos años de historia, se ha arraigado como la festividad más destacada en el
corazón del pueblo, rindiendo homenaje a San Sebastián de manera única y festiva.
Así mismo, comentó que dicha festividad, toda la comunidad de Berriozábal se congregó en
torno a la represa, el principal Ojo de Agua que abastece al municipio, para llevar a cabo la
tradicional lavada de manteles. Este evento, realizado en agradecimiento por un año de lluvia
y como ruego por un año venidero igualmente pluvioso, se ha convertido en una nueva
tradición de la feria local.
Acero, acompañado de su esposa, ataviados con la vestimenta tradicional, encabezó la
ceremonia, resaltando que son las mujeres quienes desempeñan un papel central en la
actividad al realizar el lavado de los manteles. Esta representación simbólica fortalece los lazos
comunitarios y rinde homenaje a la importancia del agua en la región.
Además, se dio a conocer que los hombres participan en la festividad vistiendo el traje
danzante de Berriozábal, una amalgama de la máscara para chico y la danza de espadas del
municipio de Coita. Esta fusión de elementos culturales resalta la diversidad y riqueza de las
tradiciones locales que se entrelazan en esta celebración anual, consolidando la identidad
única de Berriozábal.
En esta arraigada tradición, los hombres desempeñaban el crucial papel de transportar el agua
desde la represa o el manantial para llevar a cabo el lavado de los manteles. Este ritual no solo
implicaba la limpieza de las prendas, sino que también simbolizaba la importancia de la
colaboración comunitaria y el respeto por los recursos naturales, bailarines y danzantes del
municipio de Coita participaron activamente, amenizando el evento con la tradicional música
de la región.
Este encuentro anticipa la celebración del Carnaval Soquete, programado del 11 al 14 de
febrero. Una vibrante muestra de la riqueza cultural y festiva que caracteriza a la comunidad
de Coita.
Alejandrina García Alfaro, una de las participantes más jóvenes en el lavado de manteles,
celebra su segundo año de participación en esta festividad de carácter abierto, siempre
destacando la importancia de llevar las bateas correctamente durante la danza con el chin chin
y la espada.
Los elementos fundamentales para atender a los asistentes en este festejo son el curadito y la
botana, según lo expresó doña Alejandrina, presidenta del lavado de manteles. A pesar de ser
su primer año en compañía del fiscal, Martha Lidia subraya que la tradición no ha sido
interrumpida en ningún año.
El clímax de la festividad se alcanza con el retorno de las “lavanderas” a la casa del nuevo
fiscal, llevando consigo los manteles limpios y siendo acompañadas por música de viento y la
presencia de los parachicos. En este momento, se realiza una oración para pedir por el agua, la
salud y la continuidad de la tradición, asegurando que el próximo año la comunidad pueda
disfrutar nuevamente de la fiesta del pueblo.
La “Lavada de Manteles” no solo se erige como un evento cultural, sino como un testimonio
vivo de la conexión entre la comunidad y sus raíces históricas, fortaleciendo así los lazos que
unen a la población en torno a esta tradición arraigada.
Autoridades municipales y estatales informaron que la celebración transcurrió sin incidentes,
reportando un saldo blanco que refleja la armonía y la seguridad que envolvieron la tradicional
conmemoración.