El problema se ha intensificado debido a la falta de seguimiento, urge auditar y garantizar el
desarrollo social
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En la Costa de Chiapas, proyectos millonarios destinados a impulsar el empleo y fortalecer la
economía han quedado varados, lo que se traduce a una fuga de recursos públicos de gran
magnitud.
Obras como la fábrica de biodiésel en Huehuetán y la chocolatera en Tuzantán languidecen,
víctimas de corrupción y malas gestiones, dejando tras de sí estructuras en ruinas y empleados
decepcionados.
La fábrica de biodiésel, iniciada entre 2005-2007, prometía generar empleo y procesar caña de
azúcar para combustible biodiesel, sin embargo, tras una millonaria inversión y la instalación de
gigantescos cilindros, el proyecto en Huehuetán yace en el completo abandono, con los tanques
oxidados como testigos de una oportunidad perdida.
En Tuzantán, la chocolatera que buscaba potenciar la producción de cacao y generar empleo para
la región está en total abandono. Los motores y revolvedoras nunca llegaron, esto desilusionó las
expectativas de productores locales y culminó por afectar a cientos de familias que dedicaban su
vida a la producción de cacao, por lo tanto, es considerada otra obra fantasma en la Costa
chiapaneca.
Otro caso paradigmático es el rastro frigorífico, que prometía 700 nuevas fuentes de empleo y la
implementación de tecnología de punta. Tras más de 20 años de indiferencia, la estructura se
encuentra deteriorada y sin cumplir la promesa de mejorar la ganadería regional y proporcionar
carne de calidad.
En Huixtla, la fábrica de Industrias Papadopulos, inaugurada en 2003, es un triste recordatorio.
Prometiendo tres mil 500 empleos con una inversión de 100 millones de pesos, la quiebra en 2011
dejó a los trabajadores en la calle, explotados y sin beneficios.
Estas “obras fantasmas” no solo reflejan el derroche de recursos, también la desilusión de
comunidades que vieron en estos proyectos una esperanza para el desarrollo económico. La
corrupción y la falta de seguimiento gubernamental contribuyen al abandono de iniciativas clave
para la región, lo que evidencia la necesidad de transparencia y rendición de cuentas en la gestión
de proyectos públicos.