Ante la falta de mano de obras en las minas de Simojovel, el precio del producto se ha disparado
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En la localidad de Simojovel, Chiapas, la migración de mineros hacia Estados Unidos ha
desencadenado un fenómeno inesperado: la disminución significativa de trabajadores en las minas
locales, lo que trae consecuencias directas en la oferta y el precio del ámbar.
La productora de ámbar, Margarita Hidalgo, brindó una perspectiva reveladora sobre la situación
actual. La migración masiva de mineros ha llevado a una merma en la producción de ámbar, esto
generó un aumento en su precio en el mercado local. Aunque las minas aún albergan vastos
recursos, la percepción de escasez ha permeado, al impactar las dinámicas comerciales.
Esta resina fósil, con denominación de origen desde 2003, es una joya natural que encuentra sus
raíces en México, siendo Chiapas un epicentro vital para su extracción. Sin embargo, la variante
más apreciada, el ámbar rojo, enfrenta una crisis de escasez, contribuyendo a la elevación de
precios e incertidumbre en la comunidad minera.
Margarita explicó que, a pesar de la diferencia de precios entre el ámbar rojo y amarillo debido a
sus características y calidad, ambos continúan siendo objeto de deseo. La joya no solo encanta a
los chiapanecos, sino que también se ha convertido en un símbolo distintivo para los turistas que
visitan la región, quienes busca autenticidad y conexión cultural.
“Las personas cuando vienen de fuera saben que aquí en Chiapas van a conseguir ámbar, porque
son productos auténticos”, destaca la comerciante.
El ámbar, se encuentra ligado a la identidad de Chiapas y enfrenta no solo desafíos económicos
sino también una transformación cultural. La migración minera deja una huella compleja en esta
comunidad, donde la riqueza de su patrimonio se entrelaza con los desafíos modernos de la
emigración, pues impacto tanto en la oferta como en la percepción de esta joya chiapaneca.