La situación es un riesgo por dejar vías sin alumbrado público y daños a infraestructura por miles
de pesos
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
El hurto de cableado eléctrico ha registrado un alza, y, en consecuencia ha sumido a Tapachula en
una crisis energética, mismo que ha generado a las autoridades locales pérdidas millonarias y
dejado a la ciudad en la penumbra. A pesar de los intentos del ayuntamiento por ofrecer un
servicio de iluminación digno, la persistente actividad delictiva se interpone en el camino.
Ahora el codiciado producto para los saqueadores es el cobre limpio, un componente para las
infraestructuras eléctricas, valorado en 118 pesos por kilogramo. Tramos que van desde 40 hasta
mil metros desaparecen en la oscuridad, esto altera las condiciones de vías clave, como el
libramiento suroriente y poniente, desprovistas de alumbrado público y convirtiéndose en
trampas mortales para los conductores.
Dos episodios recientes agravaron la situación. En uno, un individuo drogado sufrió una descarga
eléctrica mientras intentaba robar cables, perdiendo un brazo y, horas después su vida. En otro,
un ladrón que se aventuró a saquear cableado en el Par Vial, pagó con quemaduras de tercer
grado y su muerte.
La lucha contra este delito enfrenta una serie de desafíos, ya que los robos se suelen descubrir al
amanecer. Aunque la Secretaría de Seguridad Pública Municipal detuvo a un promedio de 10
personas el año pasado, la levedad del delito permite la liberación rápida de los infractores
después de 48 horas, situación que se convierte en un círculo vicioso, dado que, los ladrones
vuelven a incurrir en el robo días después de recuperar su libertad.
Un migrante hondureño, se enredó en este oscuro mundo al asociarse con un recolector de basura
local. Aunque fue detenido con postes de alumbrado público, su rápida liberación destaca las
dificultades para combatir este problema. El constante hurto de cableado eléctrico en Tapachula
no solo apaga sus luces, sino que también genera pérdidas mensuales que superan los 400 mil
pesos, sumiendo a la ciudad en una crisis que necesita una solución inmediata.