Pese al aumento del salario mínimo desde 2019, el costo de vida en Chiapas sigue siendo
inalcanzable para la mayoría
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En el contexto económico de Chiapas, la Población Económicamente Activa (PEA) se enfrenta a un
desafío desalentador: el acceso a una canasta básica de alimentos se ha convertido en un ejercicio
de equilibrio financiero, donde destinar entre 10 a 12 salarios mínimos es la norma para cubrir
solo las necesidades más básicas.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía federal, el salario promedio mensual en
Chiapas durante 2023 fue de cuatro mil 840 pesos, mientras que el precio de la canasta
alimentaria para zonas urbanas se situó en alrededor de dos mil 173 pesos con 93 centavos en
abril de este año. Esta discrepancia revela una brecha significativa entre los ingresos de la PEA y el
costo de vida en la región.
Esta realidad económica se agrava para diversas familias chiapanecas, quienes se ven obligadas a
vivir con un presupuesto muy ajustado. Las cabezas de familia deben tomar decisiones difíciles
sobre qué gastos priorizar, a menudo se opta por sacrificar comidas y otros gastos básicos para
poder cubrir el transporte y servicios esenciales.
A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones económicas en la región, el aumento gradual
del salario mínimo desde 2019 no ha sido suficiente para contrarrestar el constante aumento de
precios en la región. Esto ha dejado a la PEA chiapaneca en una situación precaria, donde el acceso
a una alimentación básica se ha convertido en un acto de estrategia financiera, con poco margen
para otras necesidades fundamentales.
En este contexto, es urgente elaborar medidas que aborden estas disparidades económicas y
garanticen un acceso equitativo a los elementos esenciales para una vida digna. La lucha por una
verdadera equidad económica en Chiapas continúa siendo un desafío apremiante que requiere
atención inmediata y soluciones efectivas por parte de las autoridades y la sociedad en su
conjunto.