La migración y transformación cultural en Nuevo Carmen Tonapac, preocupantes desafíos para
desplazados
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Enclavada a poco más de 20 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, sobre la carretera que conduce a
Acala, se erige Nuevo Carmen Tonapac. Una comunidad que surgió como resultado de la erupción
del volcán Chichonal en 1982.
Tras el desastre natural, los habitantes de Carmen Tonapac, en Chapultenango, fueron reubicados
en este nuevo asentamiento por recomendación del Gobierno estatal. Así nació Nuevo Carmen
Tonapac un lugar que representaba una oportunidad de comenzar de nuevo, pero también un
desafío para los residentes que tuvieron que dejar atrás sus raíces, su lengua y sus tradiciones.
Para Agustín y Florentino, dos de los habitantes originales de la comunidad, la experiencia de la
migración forzada fue difícil. Aunque significó la pérdida de su tierra ancestral y la separación de
sus costumbres, también les abrió las puertas a nuevas oportunidades. El idioma zoque, que había
sido parte de su identidad, se vio amenazado por la necesidad de adaptarse al español, la
“castilla”, como lo llaman.
Llegar a un lugar desconocido implicaba enfrentarse a desafíos tanto físicos como emocionales. Sin
embargo, la fuerza de voluntad y la solidaridad comunitaria prevalecieron, y Nuevo Carmen
Tonapac comenzó a tomar forma, convirtiéndose en un hogar para aquellos que habían perdido el
suyo.
El caso de Nuevo Carmen Tonapac no es único en la región. Las tres erupciones del Chichonal en
1982 provocaron la migración de comunidades enteras, que fueron reubicadas en diversos
municipios de Chiapas y otros estados de México. A pesar de la pérdida inicial, muchas de estas
comunidades han logrado forjar un nuevo destino en las orillas de este volcán.
La poca actividad del Chichonal marca el fin de uno de los siniestros más importantes de la
entidad, pero también el comienzo de una nueva etapa para las comunidades que lo rodean. A
medida que el volcán se calma, la vida florece en sus alrededores, alimentada por el espíritu
humano y la esperanza de un futuro mejor.