Se esperan temperaturas máximas que oscilarán entre los 35 y 40 grados Celsius en el
este de la entidad
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
El Centro Hidrometeorológico Regional de Tuxtla Gutiérrez ha emitido un comunicado
sobre la llegada del frente frío número 43 a la región de Chiapas. Se espera que durante el
jueves y viernes se registren rachas de viento fuertes, acompañadas de lluvias puntuales y
descargas eléctricas. Además, se prevé un descenso en las temperaturas de entre dos a
siete grados Celsius en la zona.
El flujo de humedad de ambos litorales, la inestabilidad atmosférica y los efectos del
ascenso orográfico podrían generar chubascos con lluvias puntuales fuertes en diversas
áreas de Chiapas. En particular, la región de Mezcalapa podría experimentar tormentas
muy fuertes, mientras que en otras zonas como el Norte, Meseta Comiteca y Selva se
pronostican tormentas fuertes.
Por otro lado, se espera un incremento en las temperaturas durante el fin de semana,
alcanzando máximas de 36 a 38 grados centígrados, e incluso superando los 40 grados en
algunas áreas cálidas del estado. Esta situación podría generar un ambiente caluroso a
muy caluroso en la mayor parte de la región, con condiciones cálidas a calurosas en las
zonas de montaña.
El Centro Regional del Organismo de Cuenca Frontera Sur de la Comisión Nacional del
Agua ha emitido una alerta por evento de “Norte”, con rachas de viento que podrían
alcanzar los 60 a 80 km/h en el Istmo de Tehuantepec y áreas cercanas. Se recomienda
precaución en las zonas costeras debido al oleaje elevado, donde las olas podrían superar
los tres metros de altura.
Se espera que en las próximas horas el sureste de México experimente condiciones
climáticas adversas, incluyendo chubascos, lluvias puntuales fuertes y rachas intensas de
viento. Estos fenómenos son consecuencia del paso del frente frío número 43, el cual se
desplazará a lo largo de la Península de Yucatán hacia el Mar Caribe. Esta interacción con
un canal de baja presión sobre la región sureste del país generará este ambiente climático.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha emitido un comunicado informando que se
esperan lluvias puntuales fuertes, con acumulaciones de 25 a 50 milímetros en el estado
de Chiapas. Además, la presencia de una masa de aire frío ocasionará vientos del norte
con ráfagas que podrían alcanzar velocidades de 50 a 70 kilómetros por hora.
Se estima que ambos sistemas meteorológicos cesen su influencia sobre México hacia el
final del día. Sin embargo, se recomienda a la población tomar precauciones ante estas
condiciones adversas.
Se esperan temperaturas máximas que oscilarán entre los 35 y 40 grados Celsius en el este
de Chiapas, lo cual podría resultar en un contraste térmico significativo.
Ante las bajas temperaturas pronosticadas, se aconseja a la población tomar medidas
preventivas, tales como abrigarse adecuadamente y mantenerse hidratados. Es
importante evitar cambios bruscos de temperatura, especialmente para personas con
enfermedades crónicas, niños y adultos mayores.
Asimismo, se advierte sobre el riesgo de congelamiento en la carpeta asfáltica debido a las
temperaturas gélidas, por lo que se insta a la ciudadanía a seguir de cerca los avisos
emitidos por la Conagua y a acatar las recomendaciones de las autoridades estatales y de
Protección Civil para garantizar la seguridad y el bienestar de todos.
TUXTLA GUTIÉRREZ: IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO EN UNA CIUDAD EN EVOLUCIÓN
En el corazón de Chiapas, la ciudad de Tuxtla Gutiérrez ha sido testigo de una
transformación notable desde su fundación en 1923 hasta el presente año de 2019. Con
una altitud de 530 metros sobre el nivel del mar, esta metrópoli vibrante ha
experimentado cambios significativos en su estructura urbana, su demografía y, más
notablemente, en su clima, como resultado del fenómeno del cambio climático.
Según el último censo oficial de 2010, Tuxtla Gutiérrez albergaba a una población de 537
mil 102 habitantes distribuidos en 143 mil 852 viviendas, abarcando una extensión de 80
kilómetros cuadrados. Estos números han seguido aumentando, con estimaciones para
2019 situando la población en torno a los 651 mil 925 habitantes. La expansión urbana ha
sido evidente, con el surgimiento de más de 743 asentamientos humanos, incluyendo
barrios, colonias y fraccionamientos, dotados de servicios públicos básicos.
El paisaje urbano ha evolucionado drásticamente en las últimas décadas. Las calles antes
adornadas con árboles ornamentales y frutales han sido transformadas por la
pavimentación, mientras que las viviendas de bajareque, adobe y ladrillo con techos de
láminas de asbesto o tejas de barro se han convertido en una característica común. El
alumbrado público, con cerca de 50 mil lámparas, y la presencia de casi 219 mil vehículos,
locales y foráneos, contribuyen al dinamismo de la ciudad, pero también al impacto
ambiental que ha llevado a un aumento significativo en las temperaturas.
El cambio climático se ha hecho sentir con fuerza en Tuxtla Gutiérrez. La ciudad, una vez
conocida por su clima templado, ha experimentado un aumento notable en las
temperaturas. Con máximas históricas registradas en 44 grados en 2002 y mínimas de
siete grados en 1986, la temperatura media anual ha alcanzado los 23.8 grados. Las
precipitaciones, por su parte, han disminuido a un promedio de 893 mm al año. Los
primeros cinco meses de 2019 han sido testigos de temperaturas máximas que oscilan
entre los 34 y los 39 grados centígrados, marcando una tendencia hacia un clima más
cálido y extremo.
La nueva ola de calor del 2019 ha exacerbado aún más esta tendencia preocupante. La
ciudad que, una vez experimentó variaciones estacionales distintas, ahora se enfrenta a
un calor persistente y agobiante durante gran parte del año. Esta transformación ha
llevado a Tuxtla Gutiérrez a convertirse en una de las ciudades más calurosas de la región,
superando incluso a localidades cercanas como Arriaga, Tonalá y Tapachula.
El impacto del cambio climático en Tuxtla Gutiérrez es innegable. Desde su fundación en
1923 hasta el presente, la ciudad ha experimentado una metamorfosis impresionante,
pasando de un clima templado a uno marcado por el calor extremo. Este cambio
asombroso y, a la vez, preocupante, plantea desafíos significativos para los residentes, las
autoridades locales y la comunidad en general, quienes deben adaptarse y mitigar los
efectos adversos de este fenómeno global en constante evolución.