Familias afectadas continúan en la espera de soluciones y apoyo gubernamental ante una
problemática que no tiene fin
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
Representantes de los desplazados de Chalchihuitán, Aldama y Nueva Palestina en Chiapas
denunciaron la impunidad que rodea su situación. A pesar de años de demandas, autoridades
estatales no ha resuelto sus problemas, lo que deja a miles de familias sin hogar ni tierra.
Las demandas son claras: pago por los daños sufridos y reubicación de las familias desplazadas.
Aunque la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha emitido recomendaciones y la
Fiscalía ha iniciado investigaciones, las soluciones aún están por concluirse. La simulación de
consultas gubernamentales no ha logrado abordar las necesidades reales de los afectados.
La tragedia se hace más palpable con cada día que pasa. Miles de personas continúan desplazadas,
algunas han fallecido en el camino, mientras que otras luchan por sobrevivir en condiciones
precarias, con mujeres en la búsqueda de trabajo para mantener a sus familias.
En Aldama, 31 familias y en total 250 personas fueron obligadas a abandonar sus hogares debido
al conflicto armado en la región. En Chalchihuitán, más de mil personas están desplazadas por
problemas agrarios, sin recibir el apoyo necesario del Gobierno municipal. En Nueva Palestina,
cinco familias y 34 personas han sido expulsadas por su defensa de los derechos humanos, siendo
presas de persecución y detenciones arbitrarias.
Los representantes de estos grupos exigen justicia y soluciones urgentes. Solicitaron el respeto a
sus derechos humanos, compensación por los daños sufridos y la reubicación para poder
reconstruir sus vidas. Además, exigen transparencia en el proceso de atención a los desplazados y
el castigo para aquellos responsables de su sufrimiento.
El autoridades chiapanecas tendrá que tomar medidas concretas y efectivas para abordar esta
crisis humanitaria, para así poder garantizar seguridad y dignidad a quienes han sido desplazados
de manera injusta. La voz de los desplazados no puede ser ignorada por más tiempo y es preciso
atender sus llamados.