Rechazan la interferencia política externa y defienden sus valores de convivencia pacífica y
cooperación ante desestabilización
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
En una impresionante demostración de unidad y determinación, cientos de ejidatarios
pertenecientes a 24 comunidades en la región de La Planada, Palenque, se congregaron frente al
Palacio Municipal. Su objetivo era claro y contundente: desmarcarse de manera rotunda de las
acciones que consideran perjudiciales para la armonía y el desarrollo de su territorio.
En el epicentro de esta controversia se encuentra Guadalupe de la Cruz Montejo, conocido entre
los lugareños como Lupillo. Este individuo, según las acusaciones de los ejidatarios, lidera un grupo
minoritario que parece empeñado en sembrar la desestabilización social y el desorden con
propósitos puramente políticos. Su estrategia se ha centrado en incitar a la confrontación y
desobediencia civil, todo ello para beneficiar a la planilla que competirá por el control del
ayuntamiento el próximo 2 de junio.
Ante esta situación, los representantes de La Planada han tomado una posición clara y firme. No
solo han entregado documentos formales al secretario municipal y al delegado de Gobierno, sino
también han expresado su compromiso inquebrantable con los principios de paz, progreso y
diálogo que han caracterizado a su comunidad a lo largo del tiempo.
En palabras de uno de los líderes ejidatarios: “La Planada siempre ha sido un lugar de convivencia
pacífica y cooperación. No permitiremos que intereses políticos externos amenacen nuestra
identidad y estabilidad”.
Este acontecimiento, más que un simple desencuentro político, refleja la determinación y la
fortaleza de las comunidades locales para salvaguardar sus valores y principios frente a la
manipulación y el oportunismo. Es un recordatorio contundente de que, en tiempos de
incertidumbre política, la voz de la comunidad unida puede prevalecer como la directriz que marce
la cohesión y el progreso social.