Investigadores advierten sobre presencia de malation, espinosat y otros agroquímicos, lo que
representa un riesgo para la salud
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) ha hecho un llamado
urgente a las autoridades agrícolas y sanitarias para abordar un problema que ha ido en aumento:
la contaminación de la miel con residuos de plaguicidas. Este asunto, destacado por el
investigador, comisionado al Conahcyt, Jovani Ruiz Toledo, representa un desafío significativo
tanto para la salud pública como para la industria apícola en México.
A través de estudios de laboratorio, se han identificado diversas sustancias nocivas en muestras de
miel, entre ellas malation, espinosat, organoclorados y glifosato. Estas partículas, provenientes del
uso excesivo de agroquímicos en la agricultura, plantean interrogantes sobre su impacto en la
salud humana y en el medio ambiente en general.
El investigador Ruiz Toledo resaltó la gravedad del problema, al puntualizar que no existe una
normativa clara que determine los niveles seguros de exposición o la metabolización de estos
residuos por el organismo humano. Además, mencionó que la situación se agrava por la falta de
laboratorios especializados que puedan evaluar de forma adecuada los riesgos asociados.
La contaminación de la miel es preocupante en regiones como Chiapas, donde la apicultura es una
actividad económica vital. La presencia de residuos de plaguicidas en la miel puede tener
consecuencias devastadoras para la salud de las abejas y otros polinizadores, así como para la
calidad del producto final.
Ante esta situación, Ruiz Toledo detalló la importancia de promover prácticas agrícolas más
sostenibles y el desarrollo de plaguicidas naturales y seguros. También, instó a las autoridades a
tomar medidas concretas para regular el uso de agroquímicos y concientizar a los productores
sobre los riesgos que estos desencadenan en el medio ambiente.
Solo a través de una acción coordinada y decidida será posible proteger la salud de la población y
garantizar la calidad de un producto tan valioso como la miel. El compromiso de las autoridades y
los actores del sector agrícola será fundamental para enfrentar este desafío y promover un futuro
más saludable y sostenible para todos.