Manuel Velázquez
Parte 4
Una política cultural generada desde el Estado debe profesar y exaltar la igualdad, desde
la diversidad. Con la idea restringida de lo cultural, que intenta únicamente la difusión y
democratización de la llamada “alta cultura”, desde donde operan la mayoría de las
instituciones culturales del Estado, estamos reduciendo la atención a nuestra diversidad
de culturas. “No hay por qué ofrecer un paquete cultural para que todos accedan de
manera igualitaria a los mismos bienes, de la misma manera”, nos dice Néstor García
Canclini. De ahí que sea importante generar políticas culturales desde el Estado
conscientes de la diversidad, lejanas del modelo del Estado proveedor y más cercanas a
una “democracia participativa”, con la concesión de que la cultura se manifiesta y se
construye desde diversos agentes. Hemos presentado ya las propuestas en relación con el
sector cultural de las dos candidatas a la Presidencia. Toca hoy presentar las propuestas
del candidato presidencial Jorge Álvarez Máynez.
Propone: Recursos progresivos para la cultura. Establecer un presupuesto que no sea
inferior, en términos reales, al del ejercicio del año fiscal anterior; y, que este incremente,
cuando menos, en la misma proporción en que se prevea el crecimiento del PIB.
Un vale cultural. Además del apoyo que reciben como parte de su beca, las y los
estudiantes recibirán un vale cultural para acceder a conciertos, espectáculos de teatro,
de danza, entre otros; de esa manera también se ayudaría a que se financie a los
creadores, a los productores.
Garantizar el ejercicio pleno de los derechos culturales: a) Adaptar las opciones de
enseñanza-aprendizaje de las diversas manifestaciones culturales a los intereses y
contexto de las personas y las comunidades culturales existentes. b) Reivindicar las
culturas urbanas y demás comunidades culturales existentes en nuestro país, para
eliminar elementos de estigmatización y exclusión.
La creación de Procuradurías de Derechos Culturales, o el establecimiento de mecanismos
de procuración de estos, tanto a nivel federal como local, y hacer del conocimiento de las
distintas comunidades culturales existentes en nuestro país, los mecanismos para que
exijan sus derechos.
Recuperar los espacios públicos. Garantizar los derechos culturales de todas las personas y
comunidades culturales, y su puesta en práctica, en particular para las personas en
situación de vulnerabilidad.
Incentivar programas de difusión y desarrollo de la cultura, fomentando la diversidad
cultural y el respeto a la libertad creativa.
Termina aquí nuestro recorrido sobre las propuestas para el sector cultural de las tres
candidaturas. En próxima entrega estaremos analizándolas a partir de la idea que “el
Estado debe plantear la política cultural como un lugar donde hay que mediar
continuamente, hacer una mediación constante que permita la participación ciudadana,
para que contribuya con ello a resolver las diferencias en el consumo cultural”.