Pese a reformas legales y promesas de protección, muchos infantes indocumentados
continúan enfrentando encierros y deportaciones forzadas
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
En el estado de Chiapas, México, los niños y niñas migrantes que viajan solos llegan a
albergues temporales en donde los encierran, y a veces también los llevan a estaciones
migratorias para adultos, donde los privan de libertad. A pesar de una reforma legal que
busca proteger los derechos de los niños migrantes, en la práctica, la mayoría de ellos son
devueltos a sus países de origen.
La historia de Teo (nombre que utilizaremos para la protección del menor) un joven
migrante de 17 años originario de Quiché, Guatemala, es un ejemplo de la difícil situación
que enfrentan los niños migrantes en Chiapas. Teo fue interceptado junto con más de 100
migrantes en un furgón por la Guardia Nacional. Al llegar al Albergue Temporal para
Menores Migrantes “Viva Mexico”, fue encerrado durante casi un mes antes de ser
devuelto a Guatemala mediante el procedimiento llamado “retorno voluntario asistido”.
El menor afirma que nadie en México le habló sobre la posibilidad del refugio o la
reunificación familiar, aunque él mismo habría preferido seguir con su viaje hacia Estados
Unidos, donde lo esperaba su padre con un trabajo. La mayoría de los niños migrantes
enfrentan situaciones similares, con pocas oportunidades de protección y apoyo en su
tránsito por México.
A pesar de las reformas legales y las promesas de proteger los derechos de los niños
migrantes, en la práctica, muchos de ellos siguen enfrentando encierros y deportaciones
forzadas. Es necesario que las autoridades tomen medidas efectivas para proteger a los
niños migrantes y garantizar su derecho a una migración segura y digna.
La migración de niños, niñas y adolescentes de Centroamérica a través de México ha sido
un tema de preocupación en los últimos años, y las cifras lo confirman. Según datos
oficiales del Instituto Nacional de Migración, en los últimos 10 años se han detenido a más
de 377 mil menores que entraron de forma irregular al territorio mexicano. Chiapas, el
estado en la frontera sur de México, sigue siendo el principal paso para la migración
centroamericana hacia Estados Unidos, con 126 mil 937 detenciones de menores entre
2014 y 2022, siendo el 30 por ciento del total de detenciones en todo el país.
Ante las denuncias de violaciones a los derechos humanos de los niños en estaciones
migratorias, en 2021 se impulsó una reforma a la Ley de Migración y de Refugiados que
establece que los niños y adolescentes no pueden ser detenidos ni privados de libertad en
estaciones migratorias, y deben ser puestos a disposición de las Procuradurías de
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Sin embargo, la realidad dista de lo que se
establece en la ley.
Una investigación realizada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística en
colaboración con No Ficción, indica que los albergues del Sistema DIF estatal, municipal o
federal, donde deberían ser resguardados los menores, no tienen la capacidad suficiente
para recibir al creciente flujo de niños y adolescentes migrantes, y la mayoría de ellos
están diseñados para estancias temporales y para el encierro, lo que implica que los niños
y niñas no pueden salir de ahí, aunque quisieran.
Aunque en teoría la reforma suponía un avance en los derechos de la niñez, la detención
de menores migrantes en México continúa siendo una realidad diaria, y la falta de
capacidad y adecuación de los albergues para resguardarlos adecuadamente, es un
problema que requiere atención y solución. Las Procuradurías de Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes deben garantizar el respeto a los derechos humanos de los menores
migrantes y buscar alternativas para su protección y atención mientras se soluciona su
situación migratoria.
Chiapas deportó a mil 057 niños, niñas y adolescentes migrantes. El estado concentra el
21.1 por ciento de las deportaciones infantiles, ocupando el primer lugar.
La Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (REDIAS) dio a
conocer que en Chiapas mil 057 niños, niñas y adolescentes migrantes fueron detenidos
en territorio mexicano. Esta es la cifra histórica más alta de detención en población infantil
y adolescente.
Ese mismo año, México deportó a 17 mil 711 niñas, niños y adolescentes. Es decir, uno de
cada cuatro personas migrantes detenidas en el país era menor de edad, y seis de cada 10
migrantes eran niños y adolescentes hombres.
Del total de detenciones infantiles y adolescentes 20.3 por ciento se realizaron en Chiapas,
un total de 15 mil 374 niñas, niños y adolescentes migrantes. Además, provenían de 45
países de América, Asia, África y Europa, donde Centroamérica representó el principal
lugar de origen de las infancias y adolescencias que llegaron a México.
Por otra parte, REDIAS subrayó que la migración infantil de niñas y niños de cero a 11 años
que viajaban acompañados representó el 59.8 por ciento. El otro grupo principal fueron
adolescentes no acompañados, con el 20.6 por ciento del total.
Por otra parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se manifestó
“profundamente preocupado” por los protocolos del programa que el Instituto Nacional
de Migración (INM) para regularizar y reubicar a miles de migrantes en su mayoría
haitianos varados en Tapachula, Chiapas, y advirtió que lejos de representar una solución
a la crisis migratoria se está convirtiendo una tragedia para la niñez.
De acuerdo con Unicef, 40 por ciento de los migrantes en espera de que la Comisión
Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) resuelva su solicitud de asilo, son niñas, niños y
adolescentes.
Pressia Arifin-Cabo, representante adjunta de Unicef en México, comentó que la situación
de los niños migrantes en Tapachula, es preocupante mientras están esperando su
traslado a otros estados, es muy preocupante porque están viviendo situaciones que no
son adecuadas para su bienestar ni desarrollo”.
Detalló, que en el estadio Olímpico de Tapachula, donde están quedándose las familias de
migrantes, ya es insuficiente para tantas personas y los niños no tienen espacio “para
jugar, ni siquiera para estar tranquilos”.
El pasado 01 de abril se reportaron siete menores de edad heridos tras un enfrentamiento
de la caravana migrante con elementos de la Guardia Nacional en la comunidad de Viva
México, en Chiapas, señaló el activista Luis García Villagrán.
Desde el comienzo de caravanas de migrantes por el paso de la frontera sur de México por
Tapachula, Chiapas en 2018 y 2019, estaban llenas de familias con niños pequeños y que
han ofrecido una forma menos costosa, aunque mucho más lenta, de migrar para familias
que no pueden pagar a un traficante y de hacerlo de forma un poco más segura.
En una de las caravanas que fue desarticulada en Frontera Comalapa que estaba
conformada por 59 migrantes centroamericanos entre ellos 18 niños no acompañados
fueron rescatados por elementos de Instituto Nacional de Migración, quienes buscaban
reunirse con sus familiares en los Estados Unidos de América.
El Instituto Guatemala de Migración informó que de enero a marzo han sido expulsados
desde México unos siete mil 340 adolescentes, menores de edad, que van con sus padres
o solos hacia los Estados Unidos.
En el 2020, fueron ocho mil 965 los adolescentes y menores de edad expulsados a
Guatemala, mientras que en el 2019 fueron 7 mil 192.
Guatemala ha establecido varios puntos de revisión con la Policía Nacional Civil, a largo de
la carretera Panamericana, en puntos cercanos a México, para tratar de detener a los
salvadoreños, nicaragüenses y hondureños, que buscan llegar a México.
Las medidas gubernamentales cada día son más férreas y se logra interceptar a grandes
cantidades de migrantes que parten de sur a norte en caravana, por propia cuenta, o
cayendo en las garras de “polleros” que trafican con las personas que desean alcanzar
el sueño americano.