Más de 100 cuerpos sin sepultar, olores nauseabundos y un personal desbordado, evidencian
una crisis estructural en Tapachula
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
El Servicio Médico Forense (SEMEFO) de la ciudad de Tapachula, experimenta una crisis que va
más allá de la gestión de cuerpos. Con más de un centenar de cadáveres que esperan su destino
final, las instalaciones se han convertido en un reflejo de los desafíos que enfrenta nuestra
sociedad en materia de justicia y dignidad humana.
El olor fétido que emana del SEMEFO es solo el síntoma más evidente de una problemática. Más
allá de la incomodidad por los olores nauseabundos, esta crisis afecta de forma directa a la salud y
el bienestar de quienes trabajan en estas instalaciones, así como de aquellos que acuden a las
oficinas del Centro de Justicia para las Mujeres (CEJUM), que se encuentran ubicadas cerca de la
SEMEFO.
La sobrecarga en el frigorífico del SEMEFO es solo uno de los problemas estructurales y de gestión
que requieren una atención inmediata y coordinada por parte de las autoridades competentes.
Desde la falta de recursos hasta la necesidad de una mayor coordinación entre las instituciones
involucradas, esta crisis es un recordatorio de las deficiencias del sistema de urgencia, donde la
institución se vio rebasada al 200 por ciento de su capacidad.
Para resolver esta crisis, se necesitan medidas audaces y creativas que vayan más allá de aumentar
la capacidad del frigorífico. Esto incluye la implementación de protocolos más eficientes para el
manejo de los cuerpos, la asignación de recursos adicionales para el personal pericial y la
promoción de una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las autoridades.
Además, es crucial abordar las necesidades de las comunidades afectadas por esta situación,
incluyendo a los familiares de los fallecidos y a aquellos que dependen del CEJUM para acceder a
la justicia. Solo a través de un enfoque integral y centrado en las personas se podrá abordar los
desafíos que enfrenta el SEMEFO y garantizar un servicio más digno.
