Apicultura chiapaneca busca optimizar la producción de miel y otros artículos, a través del control en la africanización
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Chiapas figura como una de las demarcaciones territoriales más importantes en el desarrollo de la apicultura en México. Dicha industria ha permitido generar grandes ganancias y fuentes de empleo que impulsan la economía local. Tan solo el año pasado a nivel nacional se obtuvo una producción total de 58 mil toneladas de miel en las más de 2.3 millones de colmenas que existen.
Sin embargo, esta industria no está exenta de desafíos. Uno de los problemas más críticos que enfrenta es la africanización de las abejas europeas, un fenómeno que ha impactado la productividad y la salud de las colonias apícolas. La africanización se refiere al proceso en el cual las características dominantes de la abeja africana se imponen sobre las abejas locales, esto reduce la producción de miel y otros subproductos esenciales.
Para abordar esta amenaza, especialistas de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) están promoviendo acciones de selección y mejoramiento genético. Estas medidas buscan mantener un equilibrio adecuado para maximizar la producción apícola y reducir los efectos adversos de la africanización.
Algunos parámetros que visibilizan la problemática de la africanización son la disminución del 34 por ciento en la producción de miel en todo México. En la última década se implementó el Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana (PNPCAA), puesto que la llegada de las abejas africanas en 1986 trajo consigo un desequilibrio ecológico importante.
Este programa tiene como objetivo proteger el valor social y económico de la apicultura nacional mediante medidas específicas para controlar y mitigar los efectos de la africanización. La preservación de este sector es esencial no solo para la economía, sino también para la salud pública.
Por tanto, la apicultura en México enfrenta desafíos importantes, pero las acciones en curso para controlar la africanización y mejorar la genética de las abejas prometen fortalecer este sector vital y asegurar su sostenibilidad a largo plazo.