Un grupo armado lo interceptó y lo mantuvo cautivo durante seis horas, tiempo en el
cual fue intimidado y amenazado
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Ezequiel Montoya Jiménez es dirigente de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas
(UNTA) en Villa Las Rosas, Chiapas, fue secuestrado durante seis horas en un incidente
que ha sacudido al municipio. Montoya Jiménez, quien además se desempeña como
coordinador de campaña de Jaime de Jesús Sánchez Arevalo, candidato del Partido Verde
Ecologista de México (PVEM) a la alcaldía de Villa Las Rosas, ha señalado directamente a
Toño Orantes, candidato del partido Morena y actual aspirante a la reelección municipal,
como responsable del ataque.
El secuestro se produjo en un contexto de creciente tensión política en la zona, donde las
campañas electorales han intensificado las rivalidades entre los partidos. Según Montoya
Jiménez, un grupo armado lo interceptó y lo mantuvo cautivo durante seis horas, tiempo
en el cual fue intimidado y amenazado.
Familiares de Ezequiel Montoya han señalado directamente al alcalde con licencia Toño
Orantes, quien es candidato de Morena para la reelección en la alcaldía de Las Rosas,
como responsable de la desaparición del dirigente municipal. Según testimonios, Montoya
Jiménez fue secuestrado por personal del ayuntamiento alrededor de las 14:00 horas.
“No se vale que problemas políticos se tomen represalias en contra de las personas, todos
somos libres de elegir por quien votar, no es justo que personas solo quieren generar
miedo en la población y hacer de las suyas”, expresó Yadira Montoya, hija del dirigente.
Además, responsabilizó a Toño Orantes y a su equipo, compuesto por Alfonzo Alonso
Orozco, Pedro Tavernier, Ciro Wilibaldo y José Luis Guillén.
La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) emitió un pronunciamiento
lamentando que la violencia política haya llegado hasta su organización. En su
comunicado, exigen a las autoridades que investiguen y esclarezcan los hechos,
garantizando la seguridad de sus miembros y de la población en general.
Ezequiel Montoya ha denunciado públicamente dos episodios de levantones y secuestro
en el municipio de Las Rosas, Chiapas, presuntamente orquestados por Toño Orantes,
presidente municipal con licencia y candidato por el partido de Morena. Los incidentes
ocurrieron hace tres años y han sacudido a la comunidad, revelando un preocupante
panorama de abuso de poder y violencia política.
Montoya, quien relató detalladamente los hechos, identificó a Alfonso Alonso Orozco,
entonces director de seguridad pública en Las Rosas, y al comandante de la policía
municipal, Ciro Wilibaldo Ramírez González, como los ejecutores materiales de su
secuestro. Según su testimonio, en la primera ocasión fue levantado y llevado al Vero
municipal.
Apenas tres minutos después de su llegada, Toño Orantes irrumpió en el lugar
acompañado de otras personas. En una actitud prepotente, Orantes le dijo a Montoya:
“Oye tío che, te estás pasando aquí en el pueblo de Las Rosas, yo mando, yo soy sus
padres”. Orantes también le advirtió que si deseaba ser candidato, debía recordar que él
era quien mandaba en el municipio.
Montoya afirmó que no tenía intenciones de postularse como candidato cuando fue
privado de su libertad. Durante su cautiverio, además de sufrir golpes y torturas, fue
amenazado por parte de Toño Orantes, quien aparentemente quería reafirmar su control
absoluto sobre la vida política de Las Rosas.
Cinco días después de su primer levantón o secuestro, Ezequiel Montoya decidió
presentar una denuncia en el Ministerio Público del municipio de Comitán. En su
declaración, Montoya señaló directamente a Toño Orantes como el autor intelectual de su
secuestro, advirtiendo que si algo le llegaba a pasar a él o a sus hijos, Orantes sería el
responsable, puesto que había sido amenazado por este.
El segundo incidente de retención ilegal ocurrió el 15 de mayo. Según el relato de
Montoya, Toño Orantes ordenó su levantón mediante un grupo de individuos que se
identificaron como policías municipales, además de otras personas identificadas por
Montoya. Entre los señalados se encuentran Pedro Traver Eliel, un comandante, junto a
Edgar Roel Hernández y José Luis Guillén. Montoya narra que mientras lo trasladaban
hacia el crucero del aeropuerto, la esposa del presidente municipal preguntó a los
captores y le informaron que ya lo habían detenido. En el transcurso, Montoya escuchó a
Toño Orantes, mientras estaba amarrado de pies y manos, con los ojos vendados.
Montoya también acusó directamente a la Policía Municipal bajo el mando de Toño
Orantes, quien, aunque tiene licencia como presidente, ejerce el poder y se postula para
la reelección como candidato de Morena. Montoya aseguró que Orantes mantiene su
control a través de civiles armados que no forman parte de la policía oficial, lo que genera
un clima de temor entre los habitantes del municipio de Las Rosas.
Según Montoya, los ciudadanos viven con miedo, evitando salir de sus casas después de
las ocho de la noche debido a la presencia de estos grupos armados.
La denuncia de Ezequiel Montoya pone en evidencia graves acusaciones de abuso de
poder y corrupción en Las Rosas. Montoya describe un ambiente de terror impuesto por
civiles armados al servicio de Orantes, lo que ha generado un estado de sitio no oficial en
la comunidad. La situación plantea serias preguntas sobre la integridad de las autoridades
locales y el respeto a los derechos humanos en la región.
Montoya, coordinador de campaña del Partido Verde en el municipio de Las Rosas, ha
denunciado públicamente que fue víctima de violencia y privación de su libertad por parte
de Toño Orantes, en un intento de forzarlo a abandonar su posición. Montoya, quien es
maestro de profesión y conocido por su disciplina, aseguró que continuará trabajando de
la mano de su candidato, a pesar de las amenazas y agresiones recibidas.
Montoya relató los eventos ocurridos durante seis horas en las que estuvo privado de su
libertad, tiempo durante el cual temió por su vida y la de su familia, así como por la
seguridad de los simpatizantes y miembros del equipo del Partido Verde en Las Rosas.
Según su testimonio, fue interceptado y obligado a punta de pistola cuando salía de la
casa de campaña. Fue golpeado y forzado a subir a un automóvil blanco, modelo Tsuru,
donde perdió la noción de su ubicación hasta ser llevado a un basurero. Allí, fue
abandonado entre la basura y la pestilencia.
Montoya identificó las voces de sus captores, quienes le instaron a unirse al Partido
Morena bajo amenazas explícitas. “Mira Cheque, ¿por qué estás allá en el Partido Verde?
Vente al Partido Morena, aquí estás bien. Si no te cambias, vamos a volver a agarrar a tus
hijos,” le dijeron, según su relato. Ante estas amenazas, Montoya expresó su
preocupación por la posibilidad de represalias por parte de Orantes y sus aliados.
El coordinador de campaña hizo un llamado urgente a las autoridades competentes para
que tomen medidas enérgicas y apliquen todo el peso de la ley sobre Toño Orantes. “Es
necesario que se ponga fin a estos actos de violencia y que se garantice la seguridad de
todos los ciudadanos de Las Rosas,” declaró Montoya.
Además, Montoya señaló la presencia de grupos armados bajo el mando de Orantes,
responsables de generar un clima de inseguridad y miedo en el municipio. Denunció que
la violencia que él ha sufrido no es un caso aislado, sino que es un reflejo de la situación
que enfrenta gran parte del pueblo de Las Rosas.
Esta denuncia subraya la urgencia de una intervención efectiva por parte de las
autoridades para restablecer la paz y la seguridad en el municipio. Montoya reafirmó su
compromiso con su partido y con la lucha por un proceso electoral libre de violencia e
intimidación, y exhortó a la comunidad a mantenerse unida y firme frente a estos actos de
violencia.
La denuncia de Ezequiel Montoya arroja una luz alarmante sobre las prácticas autoritarias
en el municipio, implicando a altos funcionarios locales en graves violaciones a los
derechos humanos. El relato de Montoya no solo pone en evidencia la utilización de la
fuerza y la intimidación por parte de las autoridades locales, sino también la complicidad
de los cuerpos de seguridad en actos de represión política.
Hasta el momento, las autoridades estatales y federales no han emitido declaraciones
oficiales en respuesta a las acusaciones. La comunidad de Las Rosas, por su parte, se
encuentra dividida y en estado de alerta ante la gravedad de las denuncias. Los habitantes
exigen justicia y una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y sancionar a los
responsables.
Organizaciones de derechos humanos y activistas han manifestado su preocupación y
están pidiendo la intervención de instancias superiores para garantizar que estos actos no
queden impunes. La situación en Las Rosas refleja un problema más amplio de impunidad
y abuso de poder que persiste en varias regiones del país.
Este caso resuena fuertemente en el contexto político actual, subrayando la necesidad de
fortalecer las instituciones democráticas y los mecanismos de protección de los derechos
humanos en México. La comunidad nacional e internacional estará observando de cerca
cómo se desarrollan los eventos y las respuestas de las autoridades ante estas graves
acusaciones.