El incremento de dichos establecimientos, genera un impacto negativo en la seguridad del municipio
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
En Acapetahua, un tema preocupante ha interrumpido la vida cotidiana de sus habitantes: el notable aumento de bares y cantinas en la cabecera municipal. Padres de familia de la demarcación territorial señalaron con inquietud el impacto negativo que esta proliferación está teniendo en la vida diaria de la comunidad.
Lo que alguna vez fue una pequeña localidad tranquila, ahora se ve afectada por una serie de establecimientos que ofrecen diversión y entretenimiento nocturno, pero que también traen consigo una serie de desafíos sociales y de seguridad. Los habitantes no solo denunciaron el descontrol en los horarios de cierre, sino también la preocupante incidencia de disturbios y peleas, que perturban la paz y la seguridad de las familias locales.
La controversia se agrava al saber que estos establecimientos han recibido la aprobación del Gobierno municipal, lo que plantea interrogantes sobre la efectividad de la regulación y supervisión de las autoridades locales. Destacaron la necesidad de una intervención más activa por parte de las autoridades del distrito de salud, al instar a una supervisión más estricta de estos negocios y sus prácticas comerciales.
Sin embargo, más allá de la cuestión de la regulación, esta situación plantea preguntas más profundas sobre el equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación de la calidad de vida en Acapetahua.
En respuesta a las preocupaciones planteadas, las autoridades municipales deben asumir un papel más proactivo en la gestión de esta situación, al priorizar el bienestar y la seguridad de sus ciudadanos. Se requiere un enfoque integral que aborde no solo la regulación de los establecimientos, sino también la promoción de alternativas de ocio y entretenimiento que fomenten la cohesión comunitaria y el desarrollo sostenible a largo plazo.