Roberto Chanona
Escribí hace unos años sobre los murales que tenemos en nuestra ciudad. Ahora trataré de retomar semanalmente cada una de estas obras que se encuentran ubicadas en edificios públicos, empezando de poniente a oriente, por la Escuela de Enfermería.
Estos murales fueron realizados por César Corzo (1933-2013), después de su regreso de la ciudad de México, a donde fue a estudiar a la Escuela de San Carlos; me gustaría comentar que estando en el Distrito Federal, hizo una exposición titulada Proyectos de Mural y que autoridades en materia de arte como Margarita Nelken, escribieron sobre nuestro artista como esta reseña de 1963 en el Excélsior: “Dentro de lo que se ha clasificado como la nueva ola en la escuela mexicana, César Corzo figura entre los que decididamente procuran encauzar esta hacia la representación a través de temas directamente inspirados en la actualidad más candente, o, si se prefiere, más agobiadora, o quizá todavía mejor más angustiosa y terrorífica… nada de propósito ornamental, nada de complacencia de arreglo decorativo en estas composiciones”.
César era un amigo y fui su editor en varios libros que escribió como La Geografía Mítica de Chiapas, donde nos plantea su visión de lo que podría ser el panteón de dioseschiapanecos. Más tarde, esta propuesta la llevó a los murosdel Palacio de Gobierno con el mural Visión Plástica de la Geografía Mítica de Chiapas, y que más adelante hablaremos, porque tiene un lugar especial.
Recuerdo que en alguna ocasión César me platicó que los primeros murales que pintó en Tuxtla, fueron los del Hotel Bonampak; pero no les daba gran mérito, según sus palabras,porque eran copias de los originales que se encuentran en la ciudad maya. Así pues, ya instalado, pinta los murales: El Enajenado, El Enfermo, Maternidad y La Vacuna, en la Escuela de Enfermería. Esta escuela se fundó en 1938 y en 1945 pasó a formar parte del ICACH como Escuela de Enfermería y Partos. Todo apunta que los murales en cuestión, fueron un encargo del maestro Eduardo J. Albores,director en ese entonces del ICACH.
En estos murales realizados en febrero de 1972 al temple de huevo (técnica que utilizaron los egipcios y que le gustaba mucho a nuestro muralista), se sustituyó la fuerza creativa, inspiradora, por la fuerza de voluntad; la falta de contenido espiritual, por el trabajo artesanal realizado en largas jornadas.
En el mural El Enajenado, podemos apreciar la influencia del Greco por la utilización del manto color rojo del personaje central para darle realce y la forma alargada típica de este artista. También encontramos la cultura zoque representada en la madre del enajenado y sus atuendos correspondientes a esa cultura.
En Maternidad tenemos la influencia de la escuela holandesa y el azul renacentista. No podemos olvidar que César Corzo tenía poco tiempo de salir de la escuela y estaba en busca de su propio estilo, de su propio discurso y técnica. Por eso, los estilos de las diferentes corrientes pictóricas del mundo están presentes en estas obras.
La Vacuna es un mural donde el artista aprovecha el espacio para hacer un autorretrato. El padre de familia, que lleva asus hijos a ponerles la vacuna, es la imagen del artista. Una de las enfermeras que realizan la vacunación tiene una postura amanerada, muy al estilo del pintor Miguel Covarrubias.
El Enfermo es a mi juicio el mural donde César imprime un sello más personal. Su personaje central es un morenito colocho, típico de nuestra tierra; el dolor en su rostro nos preocupa, al igual de la tención a la que se encuentrasometido. Electrizante, sufre la enfermedad que le acongojacubierto por un manto azul renacentista.
Un día de tantos, le pregunté acerca de los conceptos, de las exigencias que conlleva realizar un mural y estas fueron sus palabras: “la pintura mural es una pintura subordinada que tiene que supeditarse a las exigencias arquitectónicas del edificio que pretende decorar; hay que tomar en cuenta, espacio, iluminación, circulación; cuestiones que no se resuelven con lo que podríamos llamar inspiración artística. Si no que son cuestiones científicas, digamos, donde hay que usar la aritmética, geometría. De ahí que muchos artistas no puedan pintar murales”.
“Otra característica que la distingue de la pintura de caballete, es el carácter monumental, épico. Una pintura que no se puede comparar a un discurso; es para ser vista de lejos. Los matices delicados, los tonos sutiles, no tienen cabida; son formas definidas, muy precisas, muy claras. Un lenguaje hasta cierto punto elocuente”.
Para terminar, quiero agradecer a la directora de la Escuela de Enfermería, María del Carmen Velasco Rincón, por haberme facilitado los documentos de la fundación de dicha escuela y la visita guiada a los murales. Estuvimos de acuerdo en que algunos de ellos ya les falta una manita de gato o mejor dicho, una restauración. El problema que plantea la restauración, es que tiene que ser realizada por un experto en la materia, o por el mismo artista que los realizó. De otra manera, se corre el riesgo de que salgan con un daño irreversible para nuestro acervo en materia de arte en Chiapas.