Habitantes de Altamira organizan patrullas comunitarias y piden mayor presencia policial para frenar la delincuencia
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
Cansados de una ola de robos que ha alterado su tranquilidad, los habitantes de la colonia Altamira en Villa Comaltitlán han considerado medidas extremas ante la pasividad de las autoridades. La comunidad, formada por más de 50 familias, ha visto cómo su seguridad se ha deteriorado a lo largo del último mes, sufriendo el robo de electrodomésticos, productos de tiendas locales e incluso aves de corral.
Los pobladores alzaron la voz al denunciar la falta de acción policial que ha permitido a los delincuentes actuar con impunidad. Según ellos, los ladrones no son residentes de Altamira, sino individuos externos que aprovechan la ausencia de los dueños de casa durante las primeras horas del día para perpetrar sus crímenes.
En respuesta a esta situación insostenible, los pobladores han decidido ejecutar un plan de acción: cualquier persona sorprendida en flagrancia será atada y tal vez linchada, como una advertencia a otros ladrones. Esta decisión, aunque extrema, refleja la desesperación de una comunidad que se siente abandonada y vulnerada.
Sin embargo, los residentes no desean que la situación llegue a esos extremos. Han solicitado la intervención de las corporaciones policíacas, al demandar patrullajes regulares que disuadan a los delincuentes y restauren la paz en la colonia. Los vecinos saben que la justicia por propia mano puede tener graves consecuencias, pero se sienten acorralados por la inacción oficial.
Este fenómeno de inseguridad no es exclusivo de Altamira. La colonia Lázaro Cárdenas, la más cercana, también ha reportado un incremento en actividades delictivas similares. Esta tendencia apunta a un problema más amplio que exige una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades. La comunidad de Altamira, espera que sus llamados no sean omisos y que pronto puedan volver a gozar de seguridad.