Meses de olvido y negligencia han dejado una situación de crisis, con graves afectaciones para la comunidad
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
El municipio de Altamirano enfrenta una grave crisis marcada por 10 meses de ausencia de autoridades locales y una preocupante escasez de agua potable que afecta a varios barrios. Esta situación, denunciada por los propios habitantes, refleja el abandono y la negligencia que ha prevalecido en la región desde agosto del año pasado.
La falta de agua durante 20 días en barrios como Las Casitas, Centro, El Campo, Candelaria y El Arenal ha llevado a la comunidad a una situación de crisis, al evidenciar la necesidad urgente de resolver los conflictos entre los ejidatarios y las autoridades concejales. Esta disputa ha generado un deterioro en la calidad de vida de los habitantes, quienes enfrentan dificultades diarias para acceder a un recurso vital.
La violencia y los bloqueos carreteros que se han registrado desde la toma de control por parte de los ejidatarios han agravado la situación, al afectar no solo el suministro de agua, sino también otros servicios básicos como la energía eléctrica, la recolección de basura y la educación. La suspensión de clases y el temor constante generado por los disparos de armas de fuego han sumido a la población en un estado de incertidumbre y vulnerabilidad.
A pesar de los esfuerzos por establecer mesas de negociación y encontrar una solución pacífica, la problemática persiste y los habitantes continúan sufriendo las consecuencias de la falta de acción por parte de las autoridades. La presencia de retenes de ejidatarios en las salidas del municipio refleja la tensión y la inseguridad que prevalece en la región, al dificultar aún más la vida cotidiana de los ciudadanos.
Ante esta situación, es crucial que las autoridades tanto locales como estatales intervengan de manera efectiva y urgente para restablecer el orden y garantizar el acceso a servicios básicos como el agua potable. El diálogo y la búsqueda de soluciones colaborativas son fundamentales para superar esta crisis y reconstruir la confianza en Altamirano.