Por medio de usos y costumbres, las comunidades eligieron a Julio Pérez Pérez como el nuevo presidente
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
Las comunidades de Pantelhó, un municipio situado en el estado de Chiapas, han manifestado su firme rechazo a la autoelección del ciudadano Alberto Gonzales Santiz como concejal, acusándolo de manipular documentos y falsificar firmas y sellos en un intento de imponer su candidatura. Esta grave situación se dio a conocer este 11 de junio de 2024, por los comisionados electos del pueblo de Pantelhó, quienes han sido portavoces de la indignación y el descontento de la población.
El pasado 29 de abril, representantes de Pantelhó y de sus 68 comunidades indígenas, así como de los 18 barrios de la cabecera municipal, presentaron un acta de acuerdo ante el Honorable Congreso del Estado de Chiapas y las dependencias gubernamentales correspondientes.
Esta acta reflejaba el sentir y la decisión mayoritaria de la población, que acordó tres puntos principales: rechazar la elección popular de Alberto Gonzales Santiz, no aceptar su candidatura debido a su intento de imponerse nuevamente, y elegir a Julio Pérez Pérez como el nuevo presidente concejal a través de usos y costumbres.
En dicha acta, se enfatizó que la comunidad de Pantelhó se rige por sus propias normas y tradiciones, conocidas como usos y costumbres, que han sido una parte integral de su estructura social y política. Estos principios son considerados sagrados y esenciales para la cohesión y el funcionamiento comunitario. La elección de Julio Pérez Pérez fue una manifestación de estos principios, una decisión tomada colectivamente en asamblea y basada en el consenso y la participación democrática de los habitantes.
Sin embargo, en una reciente y controvertida acción, Alberto Gonzales Santiz presentó un acta de acuerdo falsa ante el Congreso del Estado y otras dependencias gubernamentales, alegando su elección como concejal con firmas y sellos falsificados de las 86 comunidades de Pantelhó. Este acto de fraude y manipulación ha exacerbado las tensiones en la región, provocando una ola de indignación y rechazo entre los pobladores.
Ante dicha situación, las comunidades han denunciado públicamente estas acciones y han solicitado una auditoría exhaustiva sobre la gestión pasada de Gonzales Santiz, señalando irregularidades en el manejo de recursos. Los líderes comunitarios acusan a Gonzales Santiz de haber incurrido en actos de corrupción y desfalco durante su anterior gestión, afectando gravemente los intereses y el bienestar del municipio.
El pueblo de Pantelhó demanda la anulación de cualquier documento emitido por Gonzales Santiz y solicita la intervención de las autoridades para que se respete la elección de Julio Pérez Pérez como el nuevo concejal, conforme a los usos y costumbres de la comunidad. Los comisionados para la paz del pueblo han enfatizado la necesidad de que se aplique el Estado De Derecho y se cancele el acta de acuerdo fraudulenta presentada por Gonzales Santiz.
La comunidad de Pantelhó reitera su respaldo a Julio Pérez Pérez, elegido el 29 de abril, y pide que las autoridades del H. Congreso del Estado de Chiapas reconozcan de inmediato su nombramiento. Los comisionados han cerrado su comunicado esperando una pronta y justa resolución a favor del pueblo y en contra de las prácticas fraudulentas de Gonzales Santiz.
Pobladores de Pantelhó ratificaron que no permitirán que haya elecciones y aseguraron que ellos ya eligieron a Julio Pérez Pérez en una asamblea, pero principalmente, que no permitirán que se imponga Alberto González Sántiz, quien aseguran que desfalcó el ayuntamiento.
En una masiva asamblea del pasado 23 de marzo, reunidos en un campo abierto en Pantelhó, ciudadanos de los 18 barrios y las 86 comunidades decidieron que no se realizarían elecciones el 2 de junio y que se instalaría un Concejo municipal, lo cual comunicaron al Congreso del Estado y al Instituto Nacional Electoral (INE). Esta asamblea fue una manifestación clara de la voluntad popular y un testimonio de la determinación del pueblo para defender su autonomía y sus decisiones comunitarias.
Después de esto, las elecciones en este municipio ya no se desarrollaron, al no haber las condiciones. De acuerdo con las autoridades electorales, se realizará una elección extraordinaria, sin embargo, los habitantes de Pantelhó manifestaron que no lo permitirán, porque temen que Alberto González se imponga y, por el contrario, pidieron que la auditoría lo investigue.
Para entender la profundidad del conflicto en Pantelhó, es necesario tener en cuenta el contexto histórico y social del municipio. Pantelhó es una región predominantemente indígena, donde la mayoría de la población pertenece a las etnias tzotzil y tzeltal. Estas comunidades tienen una larga tradición de autogobierno y de resolución de conflictos a través de sus propias instituciones y normas. Los usos y costumbres son un elemento central en la vida comunitaria y han sido reconocidos legalmente en diversas ocasiones.
Sin embargo, la intervención de actores externos y las imposiciones desde el Gobierno estatal o federal han sido fuente de tensión y conflicto. La elección de autoridades municipales es un tema particularmente sensible, puesto que las comunidades defienden su derecho a elegir a sus líderes de acuerdo con sus propias tradiciones, sin injerencias externas.
La autoelección de Alberto Gonzales Santiz y sus intentos de manipular el proceso electoral son vistos como una violación de estos derechos y una amenaza a la autonomía de la comunidad.
La respuesta de las autoridades estatales y federales será crucial para la resolución de este conflicto. Hasta ahora, el Congreso del Estado de Chiapas y las dependencias gubernamentales han recibido las denuncias y solicitudes de las comunidades de Pantelhó, pero aún no han emitido una resolución definitiva. La presión sobre estas instituciones para que actúen con justicia y transparencia es considerable, y cualquier decisión que tomen tendrá un impacto significativo en la estabilidad y la cohesión social en la región.
Los comisionados para la paz del pueblo de Pantelhó han jugado un papel crucial en este proceso, actuando como mediadores y representantes de la voluntad popular. Estos comisionados han enfatizado la importancia de mantener la paz y el orden en la comunidad, a la vez que defienden los derechos y decisiones de los habitantes. Su labor ha sido fundamental para canalizar el descontento y la indignación de manera constructiva, buscando soluciones que respeten la legalidad y los principios comunitarios.
La situación en Pantelhó es un ejemplo claro de los desafíos y las complejidades que enfrentan las comunidades indígenas en México al defender sus derechos y su autonomía. La autoelección de Alberto Gonzales Santiz, basada en documentos falsificados y prácticas fraudulentas, ha sido un catalizador de la indignación y el rechazo de la comunidad. La elección de Julio Pérez Pérez como concejal, a través de los usos y costumbres, representa una manifestación legítima de la voluntad popular y un ejercicio de los derechos comunitarios.
El futuro de Pantelhó dependerá en gran medida de la respuesta de las autoridades estatales y federales, y de su capacidad para actuar con justicia y transparencia. La comunidad ha dejado claro que no permitirá la imposición de Gonzales Santiz y que defenderá su derecho a elegir a sus líderes de acuerdo con sus propias tradiciones. Los comisionados para la paz seguirán trabajando para garantizar que se respeten estos derechos y que se mantenga la paz y la cohesión social en el municipio.
La resolución de este conflicto será un testimonio del compromiso de las autoridades mexicanas con el respeto y la defensa de los derechos de las comunidades indígenas, y un indicador de la capacidad del estado para actuar con justicia y equidad en situaciones de conflicto y tensión social. Pantelhó ha hablado con una sola voz, y ahora es el turno de las autoridades para escuchar y actuar en consecuencia.