Agricultores confían que tendrá una buena temporada con lluvias tardías; maíz, cacahuate y frijol son los cultivos que resultarían beneficiados
IVÁN LÓPEZ/PORTAVOZ
Este año, los campesinos de diversas regiones de Jiquipilas, auguran un buen ciclo de siembra gracias a las recientes lluvias que han revitalizado sus tierras. A pesar de un inicio seco a principios de año, las precipitaciones tardías han permitido iniciar la siembra de maíz, frijol y cacahuate, lo que genera expectativas positivas en cuanto a la producción.
José Luis Camacho, del ejido Unión Agrarista, reflejó el sentimiento general de optimismo entre los agricultores. Explicó que, tras limpiar y preparar sus parcelas, por fin han podido comenzar con las siembras gracias a las lluvias constantes que ahora reciben. Este cambio climático favorable podría significar una temporada prometedora para sus cultivos.
El maíz sigue siendo el cultivo principal debido a su alta demanda, a pesar de los precios fluctuantes. Los campesinos continúan apostando por él como pilar de su economía agrícola, confiando en que la buena temporada contribuirá a una producción suficiente para el mercado y el autoconsumo.
Además del maíz, el cultivo del cacahuate ha ganado popularidad entre los agricultores. Requiere menos agua y no tanto fertilizante como otras siembras, lo que lo hace atractivo económicamente con un precio estable alrededor de 25 pesos por kilogramo. Esta opción representa una alternativa rentable y sostenible para muchos campesinos.
Por otro lado, aunque en menor escala, algunos agricultores también iniciaron la siembra de frijol. Este cultivo es valorado tanto para la venta como para el consumo familiar, contribuyendo a la seguridad alimentaria local y la generación de ingresos adicionales.
Con las siembras en marcha y las condiciones climáticas favorables, los campesinos mantienen la esperanza de una excelente temporada agrícola. La combinación de lluvias oportunas y una planificación cuidadosa podría traducirse en una cosecha abundante, lo cual beneficiaría no solo a los agricultores sino también a la economía local que depende de la producción agrícola.