La práctica se quedó como algo usual dentro del partido
PORTAVOZ/AGENCIAS
Mientras la lista crecía, las dudas intentaban ser atajadas bajo el argumento de que en la
Cuarta Transformación todos son bienvenidos. Y no solo se aplicó con externos, también
sirvió para mantener cerca –y en activo– a los que ya estaban dentro a pesar de tragedias
y acusaciones.
¿Males necesarios? ¿Así es la política?
En los últimos seis años, una de las críticas constantes al Gobierno de Andrés Manuel
López Obrador ha sido la del pragmatismo excesivo y hay dos casos que permiten
identificar el problema y la crítica: Lilly Téllez y Germán Martínez.
Ambos políticos fueron invitados por el presidente López Obrador, la primera para ser
senadora de la República y el segundo, para ocupar un lugar en el gabinete ampliado. Las
diferencias eran claras, pero dijeron estar convencidos del proyecto de la 4T, pero eso
duró poco tiempo y volvieron con los suyos, es decir, con el Partido Acción Nacional (PAN).
No fueron los únicos ni los últimos, pero sí marcaron un precedente.
La gente, ante nuevos casos, cuestionó: ¿qué no se aprendió de las Lillys o los Germanes?
Y eso llevó a más preguntas: ¿qué no hay otra gente?, ¿qué Morena no tiene cuadros
propios?
Pero la práctica se quedó como algo usual dentro del partido, dado que durante la
campaña y en el proceso de transición de la virtual presidenta Electa Claudia Sheinbaum
fue en el mismo sentido de garantizar espacios a expriistas y panistas y otros tantos de
esos partidos que, aunque no dieron el brinco a Morena, pero sí al aliado Partido Verde.
Este actuar generó enojos y críticas, pero se trata de una constante.
López Obrador, cuando fue candidato presidencial anunció que el Partido Encuentro Social
(PES) se sumaría a la coalición de partidos que lo representaban. En ese momento hubo
reclamos de que el líder de la izquierda política sumara a una corriente ligada al
conservadurismo y a la ultraderecha.
“Bienvenidos todos aquellos hombres libres y de buena voluntad”, dijo en febrero de
2017.
El periodista Juan Luis Cruz Pérez publicó en La Jornada de Oriente un artículo con esa
declaración acompañada del siguiente párrafo:
“En su visita a Tlaxcala el pasado sábado, en la que signó el Acuerdo Político de Unidad por
la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, se hizo pública la adhesión a ese
proyecto de la excandidata del PRD al Gobierno del estado y actual senadora de la
República, Lorena Cuéllar Cisneros; del exgobernador priista, José Antonio Álvarez Lima;
del expresidente estatal del PAN, Sergio González Hernández; del exsenador panista,
Marco Tulio Munive y del expresidente y el fundador del sol azteca en la entidad, Perfecto
Barrales Domínguez”.
El 3 de septiembre de 2022, siendo todavía Jefa de Gobierno, la hoy virtual presidenta
Electa se refirió a ese momento:
“A ver, no, les voy a decir una cosa, en el 2018, cuando estaba en campaña del presidente
Andrés Manuel López Obrador. No sé si ustedes se acuerdan, hubo un proceso de incluir a
mucha gente que no estaba en el movimiento y que se fue incorporando. Mucha gente
que venía del PAN, gente que venía de otros partidos políticos y entonces Pedro Miguel
(integrante del Instituto de Formación Política de Morena) dijo una frase de Heberto
Castillo, y es: ‘no importa de dónde venimos sino a dónde vamos’”, indicó.
“Y eso significa nuestro movimiento, por supuesto, que defendiendo las causas de dónde
venimos. No se nos debe olvidar eso, nuestros principios, pero todo aquel que esté de
acuerdo con esos principios debe ser bienvenido porque nosotros somos un movimiento
plural, amplio. No nos hagamos chiquitos, siempre hagámonos grandes y siempre
pensemos en el pueblo de México”, sentenció.
Seis años después hay nombres que han causado más revuelo que otros: Manuel Velasco,
Adrián Ruvalcaba, Rommel Pacheco, Jorge Carlos Ramírez Marín, Eruviel Ávila, Luis
Miranda Barrera, Sasil de León, Tony Gali, José Chedraui, Javier Corral, Alejandro Murat
Hinojosa, Sergio Mayer, Ignacio Mier, Alejandro Armenta, Eugenio Hernández Flores,
Manuel Espino, Jorge Estefan Chidiac, Clara Luz Flores, Rubén Rocha, Laura Guadalupe
Vargas, Marybel Villegas Canché, Cuauhtémoc Ochoa, Pedro Kumamoto, René Vivanco,
Ricardo Sheffield… son solo algunos.
Hay otro grupo que conformaron los exgobernadores a los que se les ofreció una
Embajada o un Consulado. En esa lista están los expriistas Quirino Ordaz Coppel, Claudia
Pavlovich, Omar Fayad, Carlos Miguel Aysa y Carlos Joaquín González. Estos movimientos
fueron vistos como una estrategia para desmantelar a la oposición a través de esos
gobernadores.
El priista Quirino Ordaz fue enviado a la embajada mexicana en España, luego de concluir
su Gubernatura en Sinaloa. El PRI lo expulsó de sus filas. Quien fuera su compañera de
partido, la que fuera gobernadora de Sonora, Claudia Paulovich, fue nombrada cónsul en
Barcelona y también el priismo la expulsó. Pasó lo mismo con Miguel Aysa, que fue
designado embajador de República Dominicana tras dejar el Gobierno de Campeche.
Carlos Joaquín, quien era gobernador del PRD fue enviado a Canadá y Omar Fayad es ya
embajador en Noruega. Esos son los que llegaron de fuera para quedarse y empezar una
nueva vida (política).
Pero los llamados “indeseables” no son todos externos, también entran en ese rubro los
que ya estaban dentro y que, a pesar de todo y contra todo, se mantienen vigentes y con
cargos públicos.
Un caso que lo ejemplifica es el de Ricardo Monreal Ávila que no llega a este 2024 en su
mejor momento político, pero aun así está contemplado para ser el coordinador de los
Diputados de Morena. En el periodo que termina ocupó el mismo cargo, pero en el
Senado en donde tuvo diversas etapas: fue, primero, el líder que podría garantizar la
aprobación de las reformas con su talento para negociar; luego, el personaje que
escuchaba y atendía las preocupaciones de la oposición aunque se interpusieran por sobre
los intereses de su partido.
Luego vino la crisis: habló de un distanciamiento con el presidente y empezó a amenazar
con abandonar las filas de Morena. Fue casi medio año el que se llevó meditando sobre
ese mismo tema, aunque la agenda legislativa seguía su curso.
Se acercó más a la oposición e incluso se manejó que estaba negociando una candidatura
y anunció que él y Santiago Creel iniciarían una gira en el país para promover mesas de
reconciliación nacional y delinear los mejores proyectos para México. En esos mismos días
de noviembre de 2022, los perredistas Miguel Ángel Mancera y Luis Espinosa Cházaro
propusieron a Creel y a Monreal para ser los candidatos presidenciales de la alianza
opositora, “al ser dos de los políticos mexicanos con mayor formación”.
Pero, al final, Monreal decidió quedarse.
En febrero de 2023, SinEmbargo publicó una serie de reportajes en el que se evidenció
que Monreal ordenó la compra de siete de sus libros, algunos a sobreprecio. Los oficios
que acompañaron los textos, disponibles en la Plataforma Nacional de Transparencia
(PNT), dieron otro rumbo a la investigación, puesto que se demostró que cinco tenían
firmas falsas de otros senadores de Morena.
En entrevista, Monreal dijo que era algo usual, por cuestiones de agendas, que alguien
pueda firmar por un senador, pero los senadores aludidos aseguraron que ellos no habían
autorizado nunca la compra de miles de ejemplares de la obra de Monreal.
También en el diálogo con esta reportera, Monreal aseguró que un libro sí se había
comprado a sobreprecio, pero que fue un error que fue solucionado, aunque la
fecha del reembolso del dinero fue posterior a la publicación del reportaje.
Aunque el caso llegó a las altas esferas de Morena y, de acuerdo con declaraciones de
Alejandro Armenta Mier (hoy, gobernador electo de Puebla) la auditoría interna del
Senado inició una investigación al respecto, pero de ese procedimiento no se conoce ni un
solo detalle y, además, nadie lo pidió.
Tampoco había mucho riesgo: el contralor interno, encargado de investigar la falsificación
de firmas es Andrés Lozano Lozano, es un viejo compañero de partido de Monreal.
Todo este periodo quedó sepultado cuando Monreal llegó a inscribirse al proceso interno
de Morena para ser el candidato presidencial en 2024. Fue bien recibido al igual que el
resto de los aspirantes.
Pero más allá de ese último periodo, la figura de Monreal carga con el cansancio de las
personas de Zacatecas que denuncian el control que la familia tiene en la entidad en la
que hay gobernador y presidentes municipales unidos por un lazo sanguíneo.
Otra prueba es que en la Ciudad de México intentó mantener la alcaldía Cuauhtémoc, que
es uno de sus brazos políticos desde 2012. A pesar de que Morena ganó la Jefatura de
Gobierno, la candidata Catalina Monreal (hija de Ricardo), ahuyentó el voto y ganó la
candidata del PAN.
Al hacer la recapitulación de estos años, parece que no ha sido suficiente para que la
figura de Monreal vaya quedando relegada. Aunque quedó en el último lugar de la
encuesta, está por concretarse su nombramiento como líder de Morena en diputados. Un
borrón y cuenta nueva. Una nueva esperanza.
¿Males necesarios? ¿Así es la política?
“Bienvenidos todos aquellos hombres libres y de buena voluntad”, dijo en febrero de 2017
Andrés Manuel López Obrador. La frase, a pesar de los pesares, sigue vigente.