El maltrato físico, económico y psicológico contra mujeres muestra un patrón preocupante, exigiendo respuestas efectivas
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
FOTO: JACOB GARCÍA
En lo que va del año 2024, Tapachula enfrenta un aumento significativo del 20 por ciento en las denuncias por violencia contra mujeres respecto al mismo periodo del año anterior. La líder de la organización Por la Superación de la Mujer,Elsa Simón Ortega, ha destacado que el número ya alcanza cerca de 500 casos, una cifra que refleja una creciente preocupación en la comunidad.
Este incremento evidencia un fenómeno complejo en la región. A pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones y autoridades locales, la violencia persiste y se intensifica. La mayoría de las denuncias se centran en violencia física familiar, aunque la violencia económica y psicológica también son recurrentes, lo que muestra un problema sistemático que requiere atención inmediata.
La situación en Tapachula refleja un cambio cultural donde más mujeres se sienten empoderadas para denunciar los abusos que antes permanecían ocultos. Esta nueva dinámica es resultado de campañas de concientización y del apoyo creciente de medios de comunicación, que han contribuido a visibilizar y sensibilizar sobre la violencia de género en la comunidad.
Simón Ortega subrayó la importancia de una respuesta coordinada y efectiva por parte de las autoridades locales y estatales. Es fundamental no solo incrementar las medidas de protección y apoyo a las víctimas, sino también fortalecer los mecanismos de prevención y educación en todos los niveles de la sociedad. La implementación de políticas públicas inclusivas y la colaboración estrecha con las organizaciones civiles son clave para revertir esta tendencia preocupante.
En Chiapas, como en otras partes del país, la violencia contra las mujeres no solo impacta a las víctimas directas, sino que también tiene consecuencias profundas en la estructura social y económica. Es imperativo adoptar un enfoque integral que no solo castigue a los perpetradores, sino que también promueva una cultura de respeto y equidad de género desde temprana edad.
Asimismo, la violencia contra las mujeres en Tapachula no puede ser tolerada ni normalizada. Es responsabilidad de toda la sociedad, desde el ámbito comunitario hasta el gubernamental, trabajar unidos para garantizar un entorno seguro y justo para todas las mujeres y niñas en la región.