A pesar de las justificaciones, solo se comprobó el uso correcto de una fracción del presupuesto auditado
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
La administración del ayuntamiento de Cintalapa de Figueroa, bajo la dirección del edil Ernesto Cruz Díaz, ha sido señalada por su mala gestión desde el primer año de su mandato. A pesar de que en 2021 solo se auditó el 20.72 por ciento de sus recursos, se detectaron numerosos faltantes de comprobación, lo que evidencia un manejo ineficiente y una posible malversación de los fondos públicos.
En la reciente Fiscalización Superior a la Cuenta Pública 2022, la Auditoría Superior del Estado de Chiapas (ASE) reveló un gasto no comprobable de 22 millones 849 mil 051.64 pesos. De las 19 observaciones realizadas durante la auditoría, solo cinco resultaron sin irregularidades, mientras que 14 generaron 16 observaciones preliminares, lo que destaca la falta de transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los recursos municipales.
Las investigaciones de la ASE derivaron en 13 pliegos de observaciones por un monto total de 32 millones 780 mil 775.33 pesos, además de promover sanciones administrativas y recomendaciones para mejorar la gestión. Sin embargo, a pesar de las justificaciones y aclaraciones presentadas por el ayuntamiento, solo se logró comprobar la correcta utilización de nueve millones 931 mil 723.69 pesos, lo que deja un saldo no comprobado de más de 22 millones de pesos.
Entre las irregularidades más destacadas se encuentra la contratación de personal sin los requisitos necesarios y la falta de documentación justificativa para diversos gastos. Un ejemplo claro es el caso de la Dirección de Asistencia Técnica para Fomento al Desarrollo Urbano y Regional 2022, donde se revisaron más de cuatro millones de pesos sin que se presentara evidencia suficiente del trabajo realizado.
La auditoría también reveló problemas graves como obras abandonadas, defectos en construcciones, recursos no pagados o no reintegrados y bienes muebles no localizados. Estos hallazgos no solo muestran una administración deficiente, sino que también plantean serias dudas sobre la integridad y ética del actual Gobierno municipal. Los ciudadanos de Cintalapa merecen una gestión transparente y responsable, y las autoridades competentes deben tomar medidas para asegurar que se rindan cuentas.