Rompiendo estereotipos, quieren ser autosuficientes
YUSETT YÁÑEZ/PORTAVOZ
Viajó desde Zinacantán y, ahora lleva seis años vendiendo tortillas de maíz amarillo y quesadillas en la capital chiapaneca, este producto en su comunidad es tradición hacerlas a mano y en fogón de leña, sin embargo, por la alta demanda aquí en la ciudad, han optado por hacerlas en prensa y comal de gas, se trata de Gloria, esta mujer emprendedora, que contagió de su actitud a su hermana,quien ahora también la ayuda en este negocio.
“Vivimos con mi cuñada, ¡Eh! ¡Vamos a ir allá en Tuxtla a vender tortillas le dije a mi cuñada, y no vinimos”, comentó.
Quienes llegan a comprar, confirman que las tortillas y quesadillas tienen un sabor especial, a decir de Gloria, estodepende de la cocción del maíz.
“Dependiendo de cómo lo cosen el maíz, a veces se coce bien, a veces no se coce bien, es que no se echa a perder, tanteamos bien el cocido, la cal, todo. Si no calentamos lacal, se siente demasiado el sabor”, mencionó.
Don Javier Ocampo, es uno de los clientes que pasa por una quesadilla o kilo de tortillas, él apoya a estas mujeres, dado que se siente muy orgulloso de que ellas lleguen a la ciudad con nuevos pensamientos, queriendo autoemplearse y ayudando a personas de su comunidad.
“Es una alternativa también de trabajo, porque la situación laboral es muy complicada, y aquí es como un autoempleo que genera sus ganancias, pero también dan trabajo a otras personas, pero dentro de ahí de su núcleo familiar”, Javier Ocampo.
Las mujeres de Los Altos de Chiapas se han descrito por mucho tiempo como las cuidadoras del hogar, aquellas que deben realizar labores domésticas y otra actividad acorde a sus usos y costumbres, pero hoy, con un comal de gas y una prensa de tortillas, han salido de su comunidad.
“Este trabajo es artesanal que heredaron los abuelos, los padres y que hoy, el campo lo trae a la capital con una nueva tecnología en especie de comal, lo que antes era el comal con la base de leña y ya es a base de gas”, concluyó Audelin, cliente.
VIDA COTIDIANA DE UNA MUJER ZINACANTECAS; ELLAS ESTÁN ROMPIENDO ESTEREOTIPOS
En su vida casera diaria, una mujer tiene que levantarse temprano para hacer las tortillas, moler el pozol y preparar el desayuno de su esposo para que pueda ir a trabajar en los campos. Después de preparar la comida de su marido, ella termina las tortillas, cocina el nixtamal y cuando sale el sol, va a las colinas para buscar leña. Cuando regresa, desayuna y limpia la casa.
Si hay agua cerca, inmediatamente se pone a lavar la ropa, y si no lo hay, debe ir a buscar agua para hacerlo. Después de haber terminado de limpiar la casa, comienza a tejer en el telar de cintura, ya sea ropa de la familia o ropa para la venta, dado que si están cortos de dinero debe ayudar de alguna manera, porque si su esposo trabaja solo en los campos, a menudo no tienen suficiente dinero para mantener a su familia.