Falta de vigilancia policial permite la distribución de drogas y el incremento de violencia en los márgenes del pueblo
CARLOS RUIZ/PORTAVOZ
El malecón de Huixtla, una zona conocida por su tranquilidad, ha visto un alarmante incremento en la venta de estupefacientes, lo que ha generado temor entre sus habitantes. Las márgenes del malecón, que quedaron desoladas tras el Huracán Stan en 2005, se han transformado en un foco de distribución de drogas. Los residentes locales, quienes han vivido en la zona por más de 30 años, están alarmados por esta creciente actividad delictiva.
Esta problemática ha traído consigo un incremento en la violencia. Los habitantes denuncian que casi a diario se escuchan detonaciones de arma de fuego. Los enfrentamientos entre grupos que controlan el tráfico de sustancias han hecho que el malecón se convierta en una zona de peligro. Este clima de inseguridad es preocupante para quienes viven en viviendas precarias, donde una bala perdida podría perforar las láminas de metal que los protegen.
La respuesta de las autoridades ha sido, según los vecinos, insuficiente, toda vez que no han mostrado un interés real en patrullar el área, lo que ha permitido que estas actividades ilícitas ocurran a plena luz del día. La falta de intervención policial no solo perpetúa la violencia, sino que también envía un mensaje de impunidad a los traficantes de drogas.
Los efectos de esta situación son devastadores para los jóvenes de la comunidad. La disponibilidad y bajo costo desustancias ilícitas han provocado un aumento en la adicción entre los jóvenes, esto crea un ciclo de dependencia y violencia que es difícil de romper. La comunidad teme que,sin una intervención pronta y eficaz, la situación empeorará, afectará aún más la calidad de vida y la seguridad de los residentes.
La necesidad de una acción coordinada entre las fuerzas de seguridad es obligatoria. Los habitantes de Huixtla claman por una mayor presencia policial para disuadir la venta de estupefacientes y la violencia asociada. Además, se requiere una estrategia integral que incluya programas de prevención y rehabilitación para los jóvenes atrapados en el ciclo de adicción.