Ante la severa impunidad, madre y hermana se han convertido en investigadoras
ARGENIS ESQUIPULAS/PORTAVOZ
En el estado de Chiapas, la búsqueda de justicia para Yuri Lisset Méndez Trejo se ha convertido en una lucha incansable encabezada por su madre, Yamili Trejo, y su hermana, Itzel Trejo. A más de siete años de haber iniciado un proceso legal contra los dos presuntos feminicidas de Yuri Lisset, la familia ha vivido un calvario judicial marcado por la frustración y la persistencia en la búsqueda de verdad y justicia.
El 24 de noviembre de 2016, la vida de Yamil Trejo Arrazate y su hija mayor, Itzel Molina Trejo, cambió para siempre. Ese día, Yuri Lizeth Méndez Trejo, una joven de 21 años, fue encontrada muerta dentro de una bolsa negra en la cuneta de una carretera en Chiapas. Este trágico evento marcó el inicio de una larga y dolorosa búsqueda de justicia para una familia destrozada por el feminicidio.
Yuri Lizeth había salido de casa para cenar con dos amigos, Milton “N” e Iván Alonso Orantes. Nunca regresó. Días después, su cuerpo fue hallado, y la autopsia reveló que había sido brutalmente golpeada hasta la muerte. A partir de ese momento, Yamil Trejo Arrazate e Itzel Molina Trejo se convirtieron en las principales voces que claman por justicia para Yuri.
Desde el inicio, el camino hacia la justicia estuvo plagado de obstáculos. La carpeta de investigación 0957-027-0401/2016 y la causa penal 119/2017 marcaron el inicio de un proceso judicial arduo y complicado. Iván Alonso Orantes, señalado como el principal responsable del feminicidio, fue detenido el 21 de marzo de 2017. Sin embargo, el juez Iván Martínez Villatoro dictó un auto de no vinculación a proceso, una decisión que fue confirmada por la magistrada Lilian Ángel. Esta resolución fue un duro golpe para la familia de Yuri, que no desistió en su lucha.
La persistencia de Yamil e Itzel llevó a la presentación de un amparo indirecto (1411/2018), que eventualmente resultó en la vinculación a proceso de Iván Alonso Orantes en febrero de 2020. No obstante, la pandemia de COVID-19 suspendió temporalmente el avance del juicio, prolongando el sufrimiento de la familia.
Finalmente, el 6 de septiembre de 2021, el juez de control dictó una sentencia condenatoria de 33 años y nueve meses de prisión para Iván Alonso Orantes por el delito de feminicidio, además de ordenar una reparación del daño económico. A pesar de múltiples intentos de apelación y amparos directos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación confirmó la sentencia en junio de 2024, consolidando el fallo judicial.
En una declaración reciente, la familia de Yuri expresó su agradecimiento al Consejo de la Judicatura Federal del Vigésimo Circuito en Chiapas, al Poder Judicial del Estado de Chiapas, y a la Comisión Estatal de Atención a Víctimas por su apoyo durante este difícil proceso. La ejecución de la sentencia representa un importante avance en la lucha contra la impunidad y el feminicidio en México.
Sin embargo, la batalla no ha terminado. A casi ocho años del feminicidio, Yamil Trejo Arrazate continúa exigiendo justicia completa, puesto que aún está pendiente la reaprehensión de uno de los implicados, quien logró obtener su libertad mediante un amparo tras haber estado más de un año en prisión.
El pasado 24 de noviembre de 2023, en el marco del séptimo aniversario del feminicidio, activistas, amigas y familiares de Yuri decidieron realizar un video en homenaje a la joven enfermera, para seguir exigiendo justicia y un alto a la violencia contra las mujeres. Este acto simbólico ocurrió un día antes del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, subrayando la urgencia de la causa.
El caso de Yuri Lizeth Méndez Trejo es un reflejo de las deficiencias y obstáculos que enfrentan muchas familias en México cuando buscan justicia por feminicidios. La madre de Yuri relató que Iván Alonso Orantes utilizó un bat para golpear a su hija hasta matarla y luego dejó su cuerpo en la cuneta de una carretera. Tras el crimen, Yamil recibió un mensaje extorsivo solicitando tres millones de pesos a cambio de la vida de su hija, lo cual resultó ser una cruel estratagema.
El 6 de septiembre de 2021, la Fiscalía General del Estado (FGE), a través de la Fiscalía Contra Homicidio y Feminicidio, logró una sentencia condenatoria contra Iván Alonso Orantes. Durante la audiencia, el fiscal del Ministerio Público presentó pruebas contundentes que demostraron la responsabilidad penal del acusado, lo que llevó al Tribunal de Enjuiciamiento a imponer una condena de 33 años y nueve meses de prisión. Además, se ordenó el pago de 369 mil 582 pesos por concepto de reparación del daño a las víctimas indirectas. Iván Alonso Orantes cumple su condena en el Centro Estatal de Reinserción Social para Sentenciados (CERSS) N. 14 “El Amate”.
A pesar de este logro, la familia sigue enfrentando desafíos. La madre de Yuri, Yamil Trejo Arrazate, recuerda vívidamente el dolor de recibir mensajes extorsivos tras el asesinato de su hija. “Tengo a tu hija, si quieres volver a verla te pido tres millones de pesos. No vayas a andar de hocicona con la policía,” fue el mensaje que recibió. Aunque informó tener el dinero, nunca obtuvo respuesta.
La historia de Yamil e Itzel es una muestra del coraje y la determinación de quienes, a pesar de las adversidades, se niegan a rendirse en la búsqueda de justicia. El caso de Yuri Lizeth Méndez Trejo es emblemático en la lucha contra el feminicidio y la impunidad en México, y su resolución final podría marcar un precedente significativo en el combate a la violencia de género.
A principios de marzo de 2017, Trejo Arrazate reveló que los padres del feminicida de su hija contrataron los servicios jurídicos de un despacho privado propiedad de Jorge Rotter Díaz. Este abogado, quien había sido juez del ramo penal en Chiapas y funcionario del Poder Judicial del Estado, utilizó su influencia para que el responsable del crimen no fuera vinculado a proceso y alcanzara la libertad.
Trejo Arrazate, consciente del tráfico de influencias que Jorge Rotter Díaz ejercía en el proceso judicial, no se rindió y recurrió a amparos federales. A través de estos recursos, logró la reposición del procedimiento judicial, demostrando que se habían cometido irregularidades que buscaban dejar en la impunidad el asesinato de su hija de 21 años.
Fue en febrero de 2017 cuando los magistrados federales determinaron la recaptura del feminicida y su vinculación a proceso.
En consecuencia, la Fiscalía General del Estado de Chiapas, a través de la Fiscalía Contra el Homicidio y Feminicidio, informó que se había logrado la detención de Iván Alonso “N” como presunto responsable del delito de homicidio calificado. Esta detención representó un avance significativo en la búsqueda de justicia para la familia de la víctima y un importante paso en la lucha contra la impunidad en casos de feminicidio en el estado.
En resumen, la trágica muerte de Yuri Lizeth Méndez Trejo y la persistente lucha de su madre y hermana para obtener justicia resaltan las enormes dificultades que enfrentan las familias de víctimas de feminicidio en México. A pesar de los avances judiciales, la batalla por la justicia plena continúa, y el recuerdo de Yuri sigue vivo en la memoria de quienes la amaron y luchan en su nombre.
UN LARGO CAMINO HACIA LA JUSTICIA
El caso de Yuri Lisset Méndez Trejo ha evidenciado las graves deficiencias del sistema judicial en Chiapas. Tras el asesinato de Yuri Lisset, Yamili e Itzel se volcaron en la investigación y el estudio de las leyes para entender el complejo entramado legal y seguir avanzando en la causa. Su perseverancia resultó en una victoria parcial: uno de los implicados fue condenado a 33 años y nueve meses de prisión, siendo reconocido como el autor intelectual del feminicidio. Además, el juez dictaminó una reparación del daño económico de 369 mil pesos.
LA LUCHA CONTRA LA IMPUNIDAD
Sin embargo, el proceso judicial no ha estado exento de irregularidades. El otro presunto feminicida, después de estar en prisión por más de un año y medio, logró obtener su libertad. Esta liberación, según denuncias de la familia Trejo, se debió a la presunta mala actuación de un Ministerio Público de la Fiscalía del Estado, evidenciando la ineficacia y posibles corruptelas dentro del sistema de justicia local.
YAMILI E ITZEL: GUERRERAS POR LA JUSTICIA
La historia de Yamili e Itzel Trejo es un testimonio de coraje y determinación. A lo largo de estos años, han tenido que enfrentarse a la burocracia judicial y a un sistema que, en muchas ocasiones, parece estar diseñado para proteger a los culpables en lugar de a las víctimas. Su lucha no solo es por Yuri Lisset, sino por todas las mujeres que han sido víctimas de feminicidio en México, un país donde la violencia de género es una alarmante realidad.
UN SISTEMA JUDICIAL EN LA MIRA
El caso de Yuri Lisset ha puesto en el ojo público la necesidad urgente de reformar el sistema judicial en Chiapas y en todo México. La liberación de uno de los presuntos feminicidas por errores atribuibles al Ministerio Público no solo es una afrenta a la memoria de Yuri Lisset, sino también una señal preocupante de la impunidad que prevalece en casos de feminicidio.
A pesar de las adversidades, Yamili e Itzel no han desistido en su búsqueda de justicia. Su incansable lucha ha inspirado a otros familiares de víctimas y ha movilizado a organizaciones de derechos humanos para exigir un sistema judicial más justo y eficiente. La condena de uno de los implicados es un paso hacia adelante, pero la verdadera justicia se alcanzará cuando todos los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
En conclusión, la lucha de la familia Trejo representa el anhelo de un México donde la justicia no sea una excepción, sino la norma. Su historia es un llamado a las autoridades para que actúen con celeridad y eficacia en los casos de feminicidio, y para que se implementen reformas profundas que garanticen la protección y los derechos de las víctimas y sus familias. La batalla por Yuri Lisset continúa, y con ella, la esperanza de un futuro más justo y equitativo para todas las mujeres mexicanas.